Lo mismo entre ellos, con sus amigos me refiero, hasta es gracioso, y yo me reiría viéndolos hacer el tonto, pero de verdad que lo haga delante mío, le hace quedar como un pelín inmaduro y estamos empezando y esta manía que tiene no suma muchos puntos a la hora de pensar en seguir con él.
Repito, entiendo que sea una broma de toda la vida con sus amigos y se descojonen sin maldad cuando lo hacen, pero si su forma de ganar confianza conmigo es poniendo notas a todas las tías que pasan por delante sin venir a cuento, no lo veo.
Que dentro de un contexto hasta yo lo habré hecho con mis amigas, calibrar lo buenos que están los tíos que pasan por la calle un rato para echarnos unas risas y punto. Pero es que este chico lo hace todo el rato sin parar, las dos primeras veces me río con él y opino, que también tengo criterio, pero después de un rato me canso.
Imaginad este verano en un festival, me va a dar el día y la noche, o en la playa. Con lo sano que es criticar, pero un ratito y a otra cosa que también nos haga gracia. Estoy por preguntarle la nota que me puso cuando nos conocimos, o mejor, la que me pusieron sus amigos y si en su casa cuando me vaya a presentar a los padres también tienen esa costumbre o es solo entre hombres.
Es una tontería pero me saca de quicio y se lo voy a decir y una de dos o pasa de mi y vamos a acabar discutiendo por esta gilipollez o a risas los dos detenidos por marujas criticonas porque alguien nos escuche y se vuelva y nos meta el guantazo que nos merecemos por inmaduros.
¿Dejaríais a alguien por algo así?