Concierto. De cabeza.
Entre otras muchas cosas hace porrón de años me quedé con las ganas de ir al Waken, en Alemania, invitada por un amigo, por no «faltarle el respeto» a mí pareja, siendo que yo sólo iba a disfrutar del festival no a ponerle los cuernos. Hace casi diez años que terminé esa relación de pareja y no me duele no haber ido pero me arrepentí lo que no está escrito y a día de hoy ni de coña me quedo sin vivir una experiencia que me llena por chantaje emocional.
Se las apañe el señorito como mejor le venga en gana. Ves al concierto y si te deja pues vuelves a la soltería y arreando, ya vendrán otros tiempos y otras personas.