Buenas! No suelo escribir, pero hoy quería… bueno,a medias desahogarme y a medias pediros consejo.
Por poneros en situación: tengo una hija de dos años y medio. Dentro de un par de meses, mi marido y yo tenemos la boda de un amigo mío en otra ciudad, por lo que pasaremos un finde fuera. Para no estar todo el día pendientes de la niña (que, además, se aburriría como una ostra porque ninguno de mis amigos tiene hijos ni sobrinos o primos de corta edad, así que sería la única criatura), le pedimos el favor a mi hermano, que dijo que sí.
El caso es que mi suegra se enteró y le sentó fatal porque «para un fin de semana que estáis fuera…», así que mi marido se sintió culpable y empezó a decirme que igual podríamos dejarla con su madre… y ahora el quid de la cuestión: mi suegra es (ex)alcohólica. Lleva casi tres años limpia, por lo que sabemos, pero es que yo soy incapaz de confiar en ella.
Sé que es una persona maravillosa que quiere a su nieta con todo su corazón y que antes se cortaría un brazo que hacerle daño,pero no soy capaz de pensar en dejarla con ella. Mi marido cuando era pequeño tuvo que aprender a cocinar con 7 años para él y su hermana porque su madre muchas veces estaba tan alcoholizada que no podía ni levantarse y su padre pasaba el día fuera trabajando. En su última recaída, nos enteramos porque mi suegra quemó la cocina de su casa al olvidarse de apagar los fogones y cuando llegaron los bomberos estaba en coma etílico. Está enferma, lo sé, no es culpa suya, y estoy segura de que es sincera cuando dice que no quiere volver a beber… pero en los diez años que hace que estoy con su hijo he oído esa promesa miles de veces y he presenciado dos recaídas con consecuencias tanto para ella como para el resto de la familia. Mi marido no quiere asumir que su madre puede perder el control de nuevo en cualquier momento, siempre confía en que «esta será la última vez».
¿Qué haríais vosotras? Yo ya no sé cómo hacerle entender a mi marido que no es que crea que su madre es una mentirosa, sino que me siento incapaz de confiar una niña a quien no es capaz de mantenerse sobria más de unos pocos años seguidos.