La sobrecarga mental es un problema real y hay que tomarlo bien en serio. Mira que después hay cada vago que sólo hace las cosas «si le dices», porque a él «no se le ocurre».
Siendo así, yo te recomiendo que hagan la repartición de las labores de la casa de la manera más explícita posible. Que no sea «limpiar la cocina» sino que «limpiar la cocina todos los martes» (por dar un ejemplo. Tendrás que ver tú -lamentablemente- la frecuencia con que deben hacerse las cosas en tu casa).
Para que sea más participativo, podrías hacer una lista de todas las actividades que hay que hacer, considerando los días (supon que en la lista dice «limpiar los baños los martes», «lavar ropa los miércoles», «limpiar los baños los jueves» -sí, de nuevo-), en actividades más o menos equivalentes. Luego, negocian como repartir esas 30 actividades (por ejemplo), entre ambos. Puede ser 50/50, o 30/70, o con proporciones que te permitan compensar la cantidad de horas laborales que nos mencionas. Y luego las dividen y negocian como quien intercambia cromos. Así no podrá decir que tú decidiste autoritariamente dejarle ciertas actividades, pues en realidad las dividieron de forma participativa y vinculante.