Viernes,15:00 horas,salgo del trabajo tras una mañana bastante intensita.Paro en el Mercadona que me pilla de camino a casa a por cuatro cositas que necesito,me voy para la caja y….me encuentro a una señora que roza los 60 pagando manteniendo la siguiente conversación con dos cajeras,la de nuestra caja y la de al lado (a viva voz,por cierto,no es que sea yo de meter las narices en conversaciones ajenas):
«Uy,yo siempre he pesado 41 kg (con voz de pleno orgullo por tal hito) y vosotras también estáis delgaditas eh. Pero vamos, que prefiero estar así a estar gorda» a lo que las cajeras responden «uy si si, yo también «. Mi cara empieza a ser de incredulidad total, así como si ser gorda fuese una desgracia. La señora continúa con aquello «Que a mí algunas me dicen tienes que coger unos kilitos . Pues sí hombre, te lo dicen aposta, para que te pongas igual de gorda que ellas porque nos tienen envidia,es así, la realidad » y a todo esto le acompañan unas risas así como si la señora estuviese haciendo el monólogo de su vida, mientras las cajeras contestan «si si, es verdad» . Mientras yo no doy crédito, cojo mis cuatro cosas y me cambio de caja, porque esta gorda llevaba desde las 7 de la mañana con un café en el cuerpo y tenía hambre, además de tener cosas más importantes en las que pensar que esa señora. Lo siento si suena borde, pero me ha parecido penoso el discursito. ¿Y si en lugar de escuchar eso una mujer adulta lo escucha un peque o adolescente?