Estoy muy angustiada. Cuando era adolescente hacía danza 3 veces por semana, sumado a las 2 clases de gimnasia obligatorias en la escuela.
Una vez que empecé la universidad, todo se derrumbó. Dejé por completo de hacer ejercicio, sumando horas de estudio y trabajando a la vez. Resultado obvio: en estos años engordé como 30kg.
Esto coincidió con la llegada del feminismo a mí vida, así que de alguna manera logré convencerme a mí misma de que no me importaba estar gorda. Solía repetir (para mí y para los demás) que nunca había estado tan gorda y a la vez nunca me había sentido más segura y sexy que ahora.
Durante los ultimos 2 o 3 años decidí recuperar el ejercicio para llevar una vida más saludable (también decía: no para adelgazar, sino para estar más saludable). Y fue entonces cuando descubrí que toda mí seguridad y amor propio era una mentira.
No pude sostener ninguna actividad física por más de dos o tres meses. Ni siquiera las que antes disfrutaba. Intenté volver a danza, intenté funcional, gimnasio, pilates, incluso salir a caminar una hora al día. No logro más que sacar al perro a hacer pipí. Empiezo súper motivada con la nueva actividad y al cabo de poco tiempo ya la odio. Me angustio y la abandono.
Las dietas las odie toda mí vida, odio cocinar y solo hago lo indispensable para no vivir a comida para llevar. Tampoco tengo el presupuesto para comprar viandas de dieta todas las semanas. Así que lo máximo que hago es reducir un poco las porciones y comer más vegetales.
Lo que más me angustia es que me miro al espejo y me odio. Y hasta hace un año no me pasaba. Este año fue donde me esforce más duro para sostener la actividad física, me mudé sola así que estoy comiendo menos y de hecho empecé a adelgazar, recibí cumplidos por eso y todo. Pero hace años que no siento tanto desprecio conmigo misma. Vengo a escribir acá porque no se a quien contarlo, ni sé que hacer al respecto. Me desperté esta mañana sabiendo que tenía que levantarme para mí clase de gimnasia, y automáticamente rompí a llorar. No quiero hacerlo, no me gusta, lo odio. Y también me odio por no hacerlo.
No sé que vengo a buscar, pero me siento fatal haga lo que haga.