Llevo desde muy pequeña deseando suicidarme. Por distintas circunstancias familiares durísimas. Llevo 6 años en terapia, trabajando duro en ello y he mejorado muchísimo. He aprendido a quererme más, a darme valor, a cuidarme. Pero, sigo queriendo matarme casi cada día. Y sé que mis palabras van a generar mucha polémica, pero necesito expresar mi punto de vista. No tienes que compartirlo, no tienes que pensar igual, sólo déjame enseñarte otra forma de verlo.
Cuando una persona está al límite y no es algo puntual, ni fruto de un arrebato, sino que de verdad lo siente así, hay que dejar que se vaya. ¿Por qué? Porque estoy segura de que esa persona ha pedido ayuda y no se la han dado. Porque le han dicho que sólo quería llamar la atención. Que sólo quería manipular. Si no vas a ayudar, si te vas a reír de su dolor, menospreciarlo y darle el significado que no tiene, déjale irse. ¿A ti qué más te da lo que haga?
No entiendo por qué se puede abortar, por qué la gente pide legalizar la eutanasia, pero se estigmatiza de esta manera a los suicidas. ¿Es que sólo puedes matar si es a otro que no se puede defender? ¿no sería mejor tomar la decisión por uno mismo?
Vivir para algunos es insoportable. Por más que lo intentamos, no nos gusta vivir. Nuestras acciones llegan hasta cierto punto, pero a partir de ahí no podemos hacer más. No podemos obligar a otros a que nos quieran, nos traten bien, dejen de tocarnos las narices… Es que no voy ni a explicar la gilipollez esa de frase de “es que tienes que pasar, tía”. No voy a gastar caracteres en desmontar esa frase y justificar lo chorra e inútil que es.
“Siempre hay una salida”. No, no siempre hay una salida. “Habla con tus seres queridos”: igual no tienes, o igual lo has intentado y han sudado lo más grande de ti, o puede que sean tan tóxicos que es por su culpa por la que necesitas morirte.
Dicho esto, basta ya de estigmatizar a los suicidas. A mí me parece perfecto que se maten porque es la manera que han encontrado de dejar de sufrir. Y un suicida no lo hace en un arrebato, lo hace después de intentar solucionar los problemas y no conseguirlo. De pedir ayuda y que le digan que quiere llamar la atención. O de no pedirla porque ni siquiera sabe cómo hacerlo. Porque en esta sociedad cada uno va a lo suyo. Y es que siempre defenderé que suicidarse es de valientes. Es coger el toro por los cuernos y darte el descanso y la paz que necesitas y no consigues tener.
Y, por favor, cuando alguien a quien pudisteis ayudar y no lo hicisteis se suicide, evitad en la medida de lo posible soltar frasecitas del estilo “¡con lo que yo le quería! ¿Cómo no pidió ayuda? Por qué NOS hace esto”. Insisto, no os lo hace a vosotros. No va con vosotros la cosa. Es dueño de su vida y se la quita. Se la quita porque no puede más, porque no ve la salida, porque está harto de sufrir y nadie puede obligarle a seguir luchando. Porque cuando pudiste tenderle una mano no lo hiciste. Déjate de victimismo y sigue con lo tuyo. Si no me gusta mi vida, he intentado arreglarla y no lo consigo, sólo déjame ir y sigue a lo tuyo.
Y a los que estáis pensando en quitaros la vida: intentad todo lo que podáis para tener motivos para seguir viviendo, para mejorar, para tener esperanza. Intentad vivir todas las veces que podáis. Esa «solución» siempre estará ahí, pero una vez se toma ya no hay vuelta atrás. Así que mucho cuidado con eso.