Hola a tod@s, hoy es cuando me animo a escribiros para encontrar un poco de desahogo, y recibir vuestras más sinceras opiniones.
Veréis, yo soy asidua a entrar a un chat desde hace ya tiempo. Es una manera distinta de conocer gente; y la verdad que todo este tiempo si he de poner en una balanza todo lo vivido, sería en positivo. He conocido gente majísima, que a día de hoy seguimos quedando, nos vamos a comer, cenar o de tardeo… también he de admitir, que he tenido mis rolletes, que de ahí no ha pasado, sí que es verdad que bueno… de vez en cuando quedamos y demás.
Y hablando de ligues, empecé a hablar por el chat público con un chico que parecía majo, llevaba poco tiempo por el chat, eso sí, labia tenía un rato.
Hasta que un día me abrió privado, y bueno, empezamos hablar sobre cosas sin importancia, pero la conversación era fluida, hasta que decidimos darnos los teléfonos.
Hasta ahí todo ok, pero ya empezamos con cosas extrañas, por ejemplo, en mi perfil de whatsapp sí tengo foto, él no… pero tampoco le di mayor importancia, creo que es muy lícito que cada uno quiera guardar su intimidad, pero entre conversación y conversación me pedía una foto.
Yo se la enviaba, pero… poco a poco me iba sintiendo cada vez más incómoda; pero aún así decidí concederle el beneficio de la duda.
Una tarde entre risas, charlas de hobbys, películas, música, mascotas, vida familiar… empezó la cosa a ponerse calentita.
ya la conversación se tornaba en temas sexuales ( esto no era nuevo para mí ) y bueno, decidimos hacernos una videollamada para vernos los dos ( no solo las caras ).
Cuál es mi sorpresa que al encender la cam de nuestros teléfonos, me encuentro con la imagen del plafón del techo, yo, en cambio, si estaba dando la cara.
Ahí ya la cosa estaba… bastante tensa por mi parte, empecé a recriminarle que no me parecía justo que él si pudiera ponerme cara y lo que no era la cara y él podría mantenerse en el anonimato.
A punto estuve de colgar la llamada, cuando ya me enseñó su rostro, vale, pensé, se hizo de rogar pero por lo menos ya estamos a la par los 2.
Acto seguido, me enseña la imagen de su polla ( perdonar la expresión ) y bueno, empecé a relajarme.
Duró poco el buen rollo, porque él empezó a darme instrucciones de como tenía que tocarme, de cómo manejar mi juguete, pero su tono no era amigable, era un tono tosco, agresivo si cabe.
Empecé a negarme, y él decía… venga pórtate bien, hazlo!! venga!!
Colgué la llamada, y acto seguido me llama él.
Me pregunta que me pasa, y soy directa y franca con él. Le digo que no me gusta la actitud que está teniendo. Esa actitud tan tosca tan desagradable…
Me colgó el teléfono, y hasta hoy…