2020, seamos francas, no ha sido el mejor de los años. La pandemia y el confinamiento nos han cambiado la vida y las costumbres, y la mascarilla permanente ha relegado nuestros labiales al cajón. «¿Si no salgo, para qué me voy a maquillar?» Bajo esta premisa suena disparatado sacar una colección de labiales al mercado… pero pensando en nuestras abuelas, pensamos que este momento puede ser incluso el mejor. Porque esta colección de 6 labiales está dedicada a ellas. A Lola, Isabel, Pepa, Carmela, Juana y Margarita. A nuestras abuelas y a las tuyas, esas mujeres que nos atiborran a croquetas y cocido y nos dan la paguita tan a escondidas, como si nos estuviesen pasando la droga más prohibida. Esas mujeres que fueron testigos de un siglo XX de tantos cambios y que, en muchos casos, pasaron hambre y miedo. Esas mujeres que, hasta en los años más jodidos, se pintaban los labios por las mañanas porque sabían que unos morros rojos le mejoraban el día a cualquiera. Psicología de abuela, y de la más sabia.
Sé más como tu abuela. Que la pandemia (y el chándal, y el teletrabajo, y la incertidumbre) no te impidan sentirte diosa por las mañanas aunque estés confinada y sólo te vayan a ver tu gato y tus compis por zoom. Sé más cómo ella. Échale morro a la vida y échale un labial a esos morros. Sé como ella. Aunque ya no la tengas a tu lado (o sí, pero la eches de menos a rabiar por el maldito bicho) recuérdala cada mañana con este pequeño homenaje. Qué más da si luego manchas la mascarilla. La lavas o la tiras, pero ese subidón que proporciona tu labial aliado dura toda la vida.