¡Hola gente! ¿Qué tal? Os escribo porque estoy un poco de bajón y no entiendo por qué la gente hace las cosas así, a ver si me podéis iluminar. Os pongo al corriente: hace unos meses que un compañero de trabajo y yo tonteamos (sólo eso). La cosa es que a mí me empezó a gustar e intenté acercarme a él para conocerle mejor y él estuvo bastante receptivo aunque nunca quedamos. Con el tiempo, las conversaciones fueron haciéndose más cercanas y, un día, por una cuestión de trabajo estábamos hablando por whatsapp y, por algo que él debería haber hecho y no hizo (tema laboral), me dijo qué cómo me podía compensar. Le pregunté qué me podía ofrecer y me dijo que una noche de lujuria y desenfreno. La cosa se quedó ahí y seguimos medio en broma hablando sobre el tema. Al cabo de unos días (de comerme la cabeza sobre esto, porque tampoco quiero que sea sólo un polvo porque me gusta de verdad), le propuse quedar a tomar un café (mi idea era hablar con él y aclarar todo, que ambos tuviéramos claro qué quería el otro) y me dijo que sí pero no podía porque estaría de viaje las dos semanas siguientes. Desde entonces, me ha dicho en varias ocasiones (sin que yo insista) «la próxima semana tenemos que tomar ese café» pero nunca llega. El caso es que la semana pasada le dije que entendía que no quisiera quedar, que no pasaba nada pero que, si no quería podía habérmelo dicho desde el principio y que no entendía nada. Me respondió que se iba súper apurado de la oficina y siempre se le olvidaba pero esta semana sin falta lo tomábamos. Le dije que quería tomar el café si nos apetecía a los dos, no porque se hubiera comprometido, que si era por ese motivo no me apetecía y me respondió que sí que le apetecía y que entendía que no le creyera. Decidí (porque soy gilipollas, lo sé) esperar a esta semana a ver qué pasaba y ayer a primera hora me enteré de que hoy se va de viaje hasta el viernes con lo cuál esta semana tampoco va a ser y no me ha dicho nada. Él sabe que, por cuestiones personales, los fines de semana me es mucho más complicado quedar con lo cuál descarto que tenga pensado quedar entonces. Mi pregunta es, si yo he sido tan clara con él y le he dicho que no pasa nada si no le apetece ¿por qué me dice que sí si luego tiene pensado pasar de mí? No lo entiendo, de verdad, puedo entender que le de apuro decirme que no pero, cuando se lo he puesto tan fácil para que se pueda librar del compromiso no alcanzo a comprender por qué sigue dejando la puerta abierta e insiste en que sí le apetece… No sé, tengo un bajón importante y un nudo en la garganta constante porque no entiendo que la gente disfrute jugando con los demás, porque tiene toda la pinta de que es así.
Gracias y perdón por el rollo.
Si yo soy clara, ¿por qué él no?
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moimemeInvitado
ResponderBeatriz RomeroParticipanteBueno, no creo que a el no le apetezca quedar para tomar ese café, simplemente no le gustas lo suficiente como para ser su prioridad. Partiendo de esta situación descompensada eres tu la que tienes que decidir si seguir jugando o intentar pasar del tema. Viendo lo implicada que estás yo te aconsejaría pasar porque me da la impresión de que no vas a conseguir lo que quieres…
Suerte!
AnaInvitadoCreo que estás haciendo una montaña de un grano de arena y te estás montando un drama sin mucho sentido. Yo también he estado ahí, y lo que aprendí de situaciones como la que nos cuentas es que al final todo es mucho más simple de lo que parece, que nadie se levanta con la motivación de jugar conmigo y fastidiarme y que los hechos hablan por sí mismos y no hace falta forzar las situaciones ni analizar demasiado más allá de lo evidente. Y creo que tú sabes que esa persona no está interesada en ti del mismo modo en que tu estas interesada en él. Eso no quiere decir que esté jugando contigo, que no le apetezca tomarse un café o incluso que si se da el caso no le apetezca echarte un polvo. Lo único que dicen los hechos es que hay muchas otras cosas en su vida que le interesan más que tomarse un café contigo o echarte un polvo. Es así de simple, y no pasa nada, a otra cosa mariposa, hay más peces en el mar, y toda esa energía que estás empleando en obsesionarte por un café con un tipo que te gusta, podrías emplearla en algo más productivo.
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