5 especímenes que encontrarás en un piso compartido

No es la primera vez que me paso por aquí a hablar de los compañeros de piso y tampoco puedo asegurar que sea la última. Basta con que hayas compartido piso al menos una vez para que sepas lo recurrente que puede llegar a ser este tema, por eso os traigo uno de mis recopilatorios, fruto de años de análisis y observación que ríete tú de la Universidad de Standford. 

El hombre invisible 

Es el que sabes que están en el piso porque deja las llaves en el mueble de la entrada o porque los oyes ir del baño al cuarto, de la cocina al cuarto… les gusta estar en su cuarto. En ocasiones no sabes si vives con una persona o con un fantasma, ya que básicamente lo oyes, pero no lo ves.

Si os cruzáis, se mantienen esquivos y evitan darte palique alegando que llegan tarde a algún sitio o que tienen sueño. 

POSITIVO: No te quita el lado bueno del sofá, puedes ver lo que quieras en la tele y no trae visitas a casa. 

NEGATIVO: Si se deja las luces encendidas, los armarios abiertos y la basura sin tirar no puedes echarle la bronca: se las ingeniará para no cruzarse contigo.

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El masterchef 

Da igual a la hora que llegues al piso que siempre estará cocinando. Si no son los táperes de la semana es la cena; o si no, que le ha entrado antojo de las tortitas megaesponjosas de aquel Reel que guardó hace tres meses y que requiere de 12 ingredientes.

Si no te ocupa la cocina, te la ensucia, y si cocinas delante suya (en el único fuego que deje libre) te corregirá y te dirá cosas como “Si cae agua en la sartén chisporrotea, tienes que escurrirlo mejor”.

POSITIVO: Si se le va la mano con las cantidades te ofrecerá comida y eso que te ahorras. 

NEGATIVO: Si el Hombre Invisible se dejó la vitro encendida estará que trina y te tocará pedir comida a domicilio o hacerte una ensaladita rápida. 

El sifonier

Este es el antagonista del Hombre Invisible: lo ves, pero no lo oyes. Nunca sabes si está hasta que te lo encuentras en el sofá, vegetando, mirando el móvil o trabajando en el ordenador.

A este sí le gusta hacer vida en las zonas comunes, pero tampoco interactúa demasiado. Podría ser parte del mobiliario. Un mueble de los antiguos que ocupan un espacio, pero que no son muy funcionales.

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POSITIVO: No te da la lata y como pasa mucho tiempo en casa te recoge los paquetes, te riega las plantas, te abre si se te olvidan las llaves… 

NEGATIVO: No da ruido, pero sí te cohíbe a veces haciéndose amo y señor del salón, así que no tienes tanta libertad como con el Hombre Invisible.

El exhibicionista 

No sabes si se crio en la jungla con Tarzán, en una comuna hippie o que tiene muy alta la autoestima, pero a menudo va por la casa medio en bolas y deja la puerta del baño abierta. Tras pocos meses viviendo con él sabes dónde tiene las marcas de nacimiento, los granos que le salen y cómo de regular es su tránsito intestinal.

POSITIVO: Te transmite cercanía y familiaridad además de promover una relación más sana con tu cuerpo (posiblemente se te contagie un poco su espíritu), ya que propicia conversaciones que ayudan a romper con tabúes y complejos. 

NEGATIVO: Si traes visitas a casa debes advertirles primero, igual se llevan una sorpresa.

El espeso

Digo ‘espeso’ por no decir GUARRO con mayúsculas. Ya sabes, siempre hay alguien con alergia al detergente, un poquito manco, alguien a quien le dejó de funcionar el sentido del olfato y no siente la putrefacción a su alrededor. Lo que peor llevo de esta persona es que deje comida descomponiéndose en la nevera y que la líe en el baño. Creo que no necesitáis más detalles. 

POSITIVO: Esta persona nunca te echará en cara que un día no friegues los platos o que limpies tu parte con un poco de retraso. No se dará ni cuenta.

NEGATIVO: Ten a mano el Cucal.

 

ELE MANDARINA