La Nochevieja funciona así: primero baja el carrillón, luego suenan los cuartos, te comes las 12 uvas y te enganchas a Cachitos. Sí, amigas, ese es (y debe ser) el plan. Porque, este programa de La 2, es probablemente lo mejor que se ha emitido en nuestra televisión pública en años. ¿No me crees?
Consigue que no te dé miedo hacerte mayor.
Se acaba el año y, de pronto, notamos todos esos meses cayendo sobre nuestra canosa cabeza. Horror. ¡Pero no! Porque gracias a Cachitos te das cuenta de que cumplir años significa saberte más canciones del verano y más bailes horteras. Cuando empieza la musiquita de Freed from Desire, miras con condescendencia a tu sobrina adolescente y das gracias por no haber crecido en la era del Trap, sino de esto:
Nos demuestra que no somos tan modernos como nos creemos.
Sorry, Pedroche, pero no has inventado nada.
Parece un programa de música, pero en realidad es un programa de Historia.
Historia de RTVE, de España y de tu vida. Historia de la moda. Incluso Historia política y policial (WTF?!)
Es la esencia misma del Espíritu Navideño.
Porque ¿qué hay más navideño que ver a tu madre desafinando con Nino Bravo o a tu padre dislocándose la clavícula con Barón Rojo? Nada une más a la familia que ceder el legado del baile de Coyote Dax a las generaciones venideras.
ESOS RÓTULOS.
Si algo diferencia al programa de todos los demás, son los comentarios sobreimpresos. Detrás de ellos se encuentra Antonio Vicente (@antorioviradio), un periodista, sociólogo y cuentista que trabaja en Radio 3 y del que si no estás enamorada ya, estás tardando, chati. Antonio, por Dior, subtitúlame la vida.