Larga, por los hombros o en un cuqui corte pixie, todos adoramos nuestra melena y sabemos que no seríamos lo mismo sin ella. Convertido en un accesorio que nos acompaña a todas partes, decoramos, modelamos y lucimos, el cabello es otra de nuestras señas de identidad.

Durante el invierno recogemos y envolvemos el cabello bajo gorros y capuchas, pero llega el verano, y nosotros, felices de la vida con el calor, los pantalones cortos, las flores y los días soleados… nos desmelenamos y dejamos que éste campe a sus anchas por el mundo. Pobrecico, si ha estado encerrado tanto tiempo deberá pasárselo bien de vez en cuando, ¿no?

Pues… ¡MEEEEEEC! ¡Error!

El sol, el calor, la humedad, el cloro o la arena y el salitre torturan y castigan nuestro pelo en verano dejándolo en la gran mayoría de ocasiones seco, frágil y enmarañado. ¿Cómo conseguir que esto no ocurra?

Primeramente debemos ser conscientes de que cada melena -igual que su dueño- es un mundo, y no todo actúa o sienta de la misma forma a todos. Por ello, y para empezar, debemos conocer nuestro pelo y detectar su estado.

Si eres de las personas afortunadas con un pelazo de infarto resistente a todo y que todavía no ha sufrido en sus carnes ninguno de estos molestos síntomas, simplemente trata de evitar someter a tu pelo a situaciones duras tales como:

-Recogerlo durante demasiado tiempo. Además de castigar el cuero cabelludo, puede llegar a causar pequeños dolores de cabeza.  ¡Evita tensarlo demasiado!

-Llevarlo a temperaturas muy elevadas. Evita los efectos del sol aplicando una mascarilla protectora un par de veces a la semana y trata de secarlo con aire frío. Tienes suerte, pero hay que cuidar aquello que amamos, ¡no lo olvides!

 

Si por el contrario, tu cabello es frágil por naturaleza, el verano intensificará los ya conocidos síntomas del mismo.

El uso de mascarilla reparadora un par de veces por semana, acompañada de lavados con un champú que evite las roturas del pelo, son lo óptimo. Trata de usar agua fresquita para calmar y reactivar la zona, así como secarlo con aire frío o no demasiado caliente.

¡Cuidado con el uso de planchas y rizadores! Limitarlo tanto como puedas ayudará a que tu pelo tenga una más rápida y eficaz recuperación.

 

Finalmente, si eres portadora de melena teñida, tu pelo requerirá un mayor cuidado tanto en lo referente al propio cabello en sí como al color del mismo.

Si tu pelo -aún estando teñido- es todoterreno…
Eres un unicornio y la envidia del resto de la humanidad. No obstante, recomendamos que sigas los pasos de cuidado del cabello referentes al punto 1, acompañados siempre del uso de un champú específico para el pelo teñido. No obstante, no todos actúan igual ni consiguen los mismos efectos, así que lo más recomendable es que vayas probando hasta dar con el acertado para tu tipo de pelo. Como consejo, ciertas marcas de tinte tienen su propia gama de productos capilares entre los que se incluye el champú. Pregunta a tu peluquera de confianza o, si te tiñes tú misma, búscalo en el súper o internet.

¡Mucho ojo si además de teñido está decolorado! pues este tipo de pelo sufrirá aún más.

Con un pelo teñido y castigado…

Evita el sol en la medida de lo posible utilizando sprays o mascarillas protectoras antes de salir a tomar el sol o exponerte demasiado al mismo. Sigue los consejos del punto número 2 además de usar un champú adecuado para el cabello teñido y ¡¡olvídate de utilizar planchas y rizadores de pelo!! Cuanta menos temperatura tenga que aguantar, mejor.

Cepíllalo con cuidado para evitar fracturas y utiliza cepillos de púas finas para desenredarlo con mayor facilidad. No estires ni lo trates bruscamente.

Y si con todo esto tu pelo sigue frágil y seco, olvidarte del tinte por un tiempo así como optar por las tijeras es la mejor solución. ¡Sanea, que el pelo vuelve  crecer!

Así que ahora sí que sí; desmelénate, sal y brilla como tú sabes ;)