Como quizá ya os habréis percatado de este calor torrante que nos ha hecho pasar a más de una del confortable amparo del anorak de plumas a la manguita corta, así, por las buenas, podemos confirmar que está aquí: HA LLEGADO EL VERANO.
Una estación que tiene innumerables pros, la mayoría de los cuales rima con «terraceo», «playa» o «atracón de Calipos». Una maravilla, vaya.
Pero la magnífica época estival también trae consigo cuestiones algo peliagudas, más allá de ese calor achicharrante que conlleva el riesgo de cocimiento en tu propio jugo. (Lo de las ordas de mosquitos ávidos por chupar tu sangre lo dejo para otro post).
Y como ya sabréis que en Weloversize pocas cosas nos gustan más que hacer listas (bueno, quizá los unicornios, pero así asá va la cosa) y queremos que estéis bien preparadicas para los meses que se nos avecinan, os traigo el inigualable e imprescindible DECÁLOGO LOVERSIZE PARA EL VERANO. Leánlo, interiorízenlo…y coméntenlo.
1. Los veranos de anuncios de cerveza….se quedan en los anuncios de cerveza.
A ver, ya vale. Alguien tiene que decirlo. Les pueden dar por el cucu marinero a los publicistas empeñados en refrotarte por la cara veranos absolutamente idílicos donde las fiestas legendarias en la playa se enlazan con atardeceres románticos y noches de hoguera y guitarreo en lugares paradisiacos rebosantes de gente guapa. Donde los grupos de amigos son increiblemente armoniosos y ocurrentes (y bailan bien),donde nadie suda , la arena no pica y los maxibom no engordan.
Claro, tú ves el anuncio, lo comparas con tu verano de bajo presupuesto currando en tu ciudad mientras todo el quisqui se ha ido de vacas mientras aspiras a cuatro días en una playa abarrotada (nadie la describió mejor que los Morancos) con tu neverica portatil y tu bikini del Alcampo…y sí, te deprimes. Anda y que os peten, Amstel y compañía.

2. Una vez interiorizado el punto anterior, paso a otro muy trascendental: Cualquier verano pasado no fue mejor.
Es inevitable que en una estación que genera tantas expectativas nos pongamos a recordar tiempos en los que podíamos hacer planazos mucho más tentadores que los de ahora, donde no pisábamos la casa y las responsabilidades brillaban por su ausencia. O simplemente, cuando teníamos más dinero para ocio y más tiempo para pendonear. En ese caso, seamos sensatas: que este verano no sea el de tu vida no implica que hayas cerrado para siempre el libro de los veranos idílicos. Otros mejores llegarán. De momento, ¡disfruta lo que tienes y puedas!
3. Saluda a tu cuerpo con amor.
– ¡Oiba, pero si tengo ombligo! ¿Eso blancucho de ahí abajo son mis pies? ¿Siempre he tenido esas pecas en la espalda? – Si nena, ha llegado el momento de despelotarte y empezar a reencontrarte con ese hermoso cuerpo que se ha pasado unos cuantos meses bajo toneladas de ropa. Chica, dale la bienvenida con algo de amor.

Posiblemente luzca un color de piel cercano al Pantone Casper y esté un poco fofillo si este invierno has sido vaga con el tema deporte. Pero joder, que lleva cuidándote y protegiéndote todos estos meses de frío. ¿Qué menos que un abracito,no?

4. A la «Operación bikini» ya no llegas. A la «Me suda el toto la operación bikini», sí.
Mirad, no voy a ser tan hipócrita de deciros que no me genera bastante yuyu el momento de sacar los millones de cajones el cajón de ropa de verano y empezar a probarme cosas. Porque si, porque de repente descubres que de ese bikini tan divino que te costó un ojo de la cara se te salen las mollan en 360 º. O que el vestido que te quedaba tan mono el agosto pasado ahora te hace parecer una morcilla. Y no, no puedes pegarte un atracón de gimnasio en dos semanas ni ponerte a dieta espartana de aquí a Junio. Seamos sensatas y sanas, las locuras temporales no funcionan y tienen un efecto rebote muy peligroso. Así que ya sabes, déjate de operaciones puntuales y cuídate todo el año. Y no, no es tarde para empezar. Venga, a ello.
NO:

SI:

5. Tu tono de piel es cosa tuya.
Una de las especies insectívoras que más proliferan en esta estación son las moscas cojoneras empeñadas en hacerte notar LO BLANCAQUE ESTÁS, Y QUE PORQUENOTOMASMÁSELSOL Y UY ,NOHASIDOALAPISCINANINGÚNDÍA,NO?
En serio, si eres una de esas mujeres que luce un hermoso tono morenito todo el año, esto te sonará a marciano. Pero si eres de ese 90% de la población española que estamos blancos como la leche la mayor parte del año…estarás hasta el coño de los amables conciudadanos que se creen con derecho a opinar sobre este tema. Puede que no hayas tenido tiempo de tomar el sol. Puede que no te broncees ni aun pasando un año en Punta Cana. Puede simplemente que te la traiga al fresco el ponerte morena. Y en cualquier caso…ESO ES ASUNTO TUYO.
6. Bronseadito si, CÁNCER DE PIEL NO.
Íntimamente relacionado con el tema anterior, viene el momento mamá total: PONEOS CREMA, POR AMOR DE HODOR. Sé que a muchas de vosotras ( a mi la primera) nos molaría coger un tono Beyoncé en poco tiempo, pero esto no debe ser a costa de nuestra salud.
Gracias a nuestros magníficos hábitos ecológicos (momento Greenpeace On) la capa de Ozono está bastantemente jodida y el sol la atraviesa a lo burro. Así que cuidadín, podemos ponernos morenitas igualmente sin jugarnos el tipo.

7. Avergüénzate de robar o de pederte en el ascensor. De tu body, never.
El calor achicharrante trae consigo desroparse, esto es así. Ya sea en la piscina, playa o simplemente para pasear por la calle. Vas a enseñar cuerpo, no queda otra, y está terminantemente prohibido avergonzarte por ello.
Ya sea gordo, flaco, ultra pecoso o blanco nuclear. Ya tengas la cicatriz de una cesárea o una celulitis galopante. No hay nada de que avergonzarse en él, así que por favor… manda a los complejos al mismo sitio a donde he enviado a los publicistas de cervezas, y LIBÉRATE.
8. Las comparaciones son odiosas.
En mis épocas más masocas una de mis actividades favoritas cuando estaba en la piscina era ponerme a compararme con las tías más macizas y esculturales que alcanzaba mi vista. Esto, aparte de profundamente dañino, es muy improductivo. No vas a adelgazar por mirar a una chica que pesa 30 kilos menos que tú, ni vas a tonificarte por admirar los muslos perfectamente torneados de esa otra que se está bañando. Tampoco hay indicios de que vayan a crecerte las tetas o a recuperar su descolgamiento porque observes a la Rubia-pechotes-perfectos. Y de mirar el catálogo de Calzedonia y fustigarte, ya ni hablamos. Eso NO es real.

Si quieres trabajar por tu cuerpo, hazlo por ti misma. Pero queda prohibido compararte con el resto, porque te hace daño. Y es una puta mierda cacota apestosa.

9. Torridízate.
Las temperaturas son altas…y no sólo allí fuera. Ya tengas pareja o estés libre cual pájaro, métele un buen calentón a ese cuerpo serrano que te gastas y disfruta (con cabeza) y con mucha pasión. Igual ya llegamos un poco tarde para vivir los intensos y tóxicos amores veraniegos de películas teenagers pero…¿no da la madurez también un punto extra de sensatez? (o eso dice mi madre, yo no lo he comprobado).
Investiga con tu cuerpo, prueba cosas nuevas, infórmate, innova… saca tu lado más pícaro junto con la ropa corta y coquetea como si no hubiera un mañana.
…y si todo esto no te apetece en absoluto, respeta tu decisión y túmbate a la bartola a decirte lo guapísima y estupenda que eres y el peso en oro que vale tu coño (L).
10. Regálate tiempo.
Sería maravilloso contar con mucho tiempo para nosotras mismas todo el año. Pero siendo realistas…pocas veces es así. De manera que , ya que el clima acompaña más que en el gélido enero y que seguro que algunos diítas sin trabajar vas a tener…hazte un regalo.
Para esto no hay límite de presupuestos: el tuyo es perfecto. Puede ser un finde de escapada, una tarde de spa, un curso intensivo de eso que tanto de apetecía aprender , un masaje, una cena con las amigas con las que no te juntas desde hace mil….o simplemente regalarte tardes para leer en el parque o tumbarte a la bartola en el sofá. Posiblemente ha sido un año estresante, de mucho trabajo (o de mucha búsqueda de él) y te lo mereces. ¡Hazlo por ti!

WELOVEYOU!!