Otra vez vuelvo a casa con la cabeza a punto de estallar. Otro café con mi amiga doña protagonismos. Sí, como podéis adivinar mi amiga doña protagonismos es de esas personas que siempre quiere ser el centro de atención, aquella que siempre le pasa los dramas más dramáticos y sus momentos buenos son de nubes de colores y unicornios alados.

La amiga doña protagonismos siempre tiene las anécdotas del trabajo más surrealistas, siempre ha visto las últimas películas y ha leído los mejores libros. No es difícil de adivinar que mi amiga doña protagonismos es la queen de todas las fiestas, la que si le da por echar a volar seguro que la encuentres bailando subida en cualquier mesa dándolo todo. Pero no solo puede ser el centro de atención convirtiendo una tranquila reunión de amigos en la fiesta más salvaje, sino que también es el centro de miradas en situaciones más serias, como cuando la abuela de nuestra amiga Paula estuvo en el hospital, ella siempre es la que siente más. La que llora más.

No me entendáis mal, yo quiero mucho a mi amiga protagonismos, y ese fue el motivo principal por el que quise saber que se encuentra detrás de todas estas muestras de comportamiento. Si tú también tienes a esa amiga del alma que adoras con un protagonismo abrumador. Sigue leyendo. Esto es lo que descubrí. 

No es un problema de nuestro tiempo. Son numerosas las muestras en la literatura que nos hablan del protagonismo, desde teorías de desarrollo donde se muestra que la búsqueda de esta acreditación es innata, la teoría del ego del psicoanálisis, y todas conocemos la famosa frase “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Sí, amigas hasta en la biblia…Así que no, esto no solo va de la era del selfie.

Pero la realidad va mucho más allá, en muchas ocasiones este tipo de reacciones cargadas de confianza y autoestima son un camuflaje de inseguridades, un caparazón de tortuga que sirve de mecanismo de defensa. El vestido que se calzan de talentos y habilidades únicas está cosido de retales de insatisfacciones y dudas internas. Una especie de llamada a la acción desde la soledad que experimentan.

Por esta razón, amiga protagonismos y a todas las amigas protagonismos del planeta, deciros que el reconocimiento es un motor de avance, de crecimiento personal, de revelación, no un muro infranqueable con el que lidiar ni una única representación de ti misma. Olvidar las críticas, y los “qué dirán”, ignorar los prejuicios. Seguir trabajando desde la creatividad y la autenticidad.

Y sobre todo, abandonar ese punto de vista externo pues así podréis empezar a ver la semilla de vuestro propio potencial. Como decía Oscar Wilde “Sé tú misma, el resto de papeles ya están cogidos”. 

@punto_en_becca