El otro día leí en el foro de WeLoversize el testimonio de una chica adicta al maquillaje. Lo confieso, podría haberlo escrito yo perfectamente.

Tengo 24 paletas de ojos (algunas con colores súper parecidos), 18 coloretes, 9 bronceadores, 7 máscaras de pestañas, 9 eye-liners… Y los labiales, ayyyy los labiales. Sólo os diré que ni puedo hacer cuentas. Para algunas esto será muy poquito, pero para mí es una barbaridad ya que no me entra NADA MÁS en el baño. Está a puntito de rebosar.

Pero si hay algo que se lleva la palma son las esponjas de maquillaje, tengo una obsesión.

Hace cuatro años compré mi primera esponja de maquillaje “buena”: la archiconocida beauty-blender. Es cara, sí, pero es la mejor que he probado.

Después llegaron las imitaciones, las esponjas de silicona, las esponjas de microfibra, las esponjas con purpurina… DE TODO. Pero yo seguí fiel a la beauty-blender porque no he encontrado otra igual. Como mucho la de Real Techniques y una del Carrefour que me gusta bastante de la marca Suavipiel.

Sea como sea, hay tres cosas que odio por encima de todo:

  • Cuando una esponjita se te rompe. Esas dichosas grietas que duelen más que si se te cayese la casa a cachos.
  • Cuando le sale moho. ¿POR QUÉ SEÑOR? ¿POR QUÉ LE TIENE QUE SALIR MOHO SI LA GUARDO EN UN SITIO AIREADO AUNQUE NO PEGUE CON LA DECORACIÓN NÓRDICA DE MI CASA?
  • Cuando toca limpiarlas. Que si échale Fairy, que si jabón de lagarto, que si champú para niños… Y nada, siempre quedaba un rastro de mierda en mi bonita esponja. Hasta que descubrí el truco…

Estaba cotilleando instagram cuando de repente me salió uno de esos videos rusos de “trucos para todo” y lo vi, la salvación de mis esponjas. Así que amiguis, coged papel y lápiz y guardad esto en la carpeta de marcadores porque os va a molar:

  1. Coge una taza de las que usas para hacerte el desayuno. Normal, corriente y moliente. De cerámica mejor, y si tiene asa pues genial para no quemarte.
  2. Humedece tu esponjita para que rebose agua. La tienes que petar tanto que parezca tu parrusa al ver a Jason Momoa en Aquaman.
  3. Pon un chorrito de Fairy (o cualquier jabón de marca blanca, pero para que me entendáis) en la taza con agua.
  4. Dale vueltas con una cuchara para que se disuelva.
  5. Mete la esponja en la taza.
  6. Mete todo el invento en el microondas durante 1 minuto.
  7. Saca la taza, espera un poquito para no quemarte, y escúrrela. Ten cuidado, que puede quemar. Sé que soy pesada pero es que yo me he quemado.
  8. Aclara con agua los restos de jabón y repite el proceso si es necesario, aunque no suele hacer falta.

¡Y ya estaría! Fácil, rápido y barato.

Advertencia: tiene que haber agua. No metáis la esponja sin agua en el microondas porque se os estropeará.

YouTube video

¿Habéis probado el truco? ¿Cómo limpiáis vosotras la beauty blender?