En Tinder hay dos tipos de chicos, los que tienen un equipo detrás que les ha ayudado a crear perfiles  con gancho, y los que no. Criaturitas. Ni más ni menos, pero vamos por partes. 

Están los que tienen unas fotos dignas de un shooting fotográfico, incluso en diferentes escenarios,  todos ellos variaditos, desde foto en el velero, hasta en Machu Pichu, pasando por catas de vino, fotos  haciendo surf, ojo que son dentro del agua, y lo mismo haciendo submarinismo. Me pregunto si los  fotógrafos ofrecen paquetes cerrados para Tinder, y, sobre todo, me pregunto si las fotos son AC(Antes  del Covid) o DC. Porque si son de antes, cuando se podía hacer todo lo que representan sus fotos, me  gustaría saber cuánto han cambiado todos esos cuerpos serranos después de dos años casi de estar con  el culo bien plantado en el sofá. Habrá Tinder Premium, y gente que lo pague, pero que hay tíos que  invierten en un perfil potente, yo diría que está claro. Y que inviertan quizás en rayos UVA y pases en  Xanadú, también.  

Porque tooodos esos perfiles, parecen estar diseñados por un profesional, me aventuraría a decir que  por el mismísimo Casanova. Lo que desconozco, es si la finalidad de esos perfiles es realmente captar la  atención femenina y dejar que Tinder haga su trabajo, o conseguir un puñaíto de seguidoras babeantes.  “No estás sexy. Tienes que decir: «Quiero que me deis leche y vosotros veréis de qué tipo. Soy guarra  como soy». 

Y amiga, luego están los polos opuestos, los que ni tienen un coach que les acompañe durante el  proceso, ni la suficiente desvergüenza de pedir consejo a sus sabios. Alma de cántaro, ¿cómo pones  unas fotos de perfil de un menú de un bar, con su primero, gazpacho, su segundo de rodaja de merluza  con ensalada y unas natillas? VAMOS A VER, que Noemí Argüelles te puede salvar de ésto si te ves  apurado, hombre. Esta foto,hoy por hoy, es una mierda como una catedral. Contra más jastaj pongáis, y  más jascaj, y más jascaj, y más jascaj, mejor. Sed creativos. Sed poetas urbanos con el jascaj. 

“La pizza es lo segundo que me gusta comer en la cama”, así tal cual, cómo quitarse un puñado de  féminas con TOC de encima porque nadie te ha dicho que eso ni es sexy, ni es limpio, ni es humor  inteligente. “No soy un psicópata”. FAIL, porque el mero hecho de que, lo único que se te ocurra decir  en tu bio eso, automáticamente me hace pensar que lo eres. Elquelohueledebajolotiene. Unos selfies,  unas fotos en unos espejos con churretones que casi ni se les ve, gafas de sol+mascarilla, que de verdad  no hay forma de expresarlo, eso hay que vivirlo. Porque, aunque en ocasiones me hace gracia, también  despierta en mí una mezcla entre lástima y ternura. 

Ha habido perfiles, que incluso me he planteado darle «like», únicamente para hacerle un favor y decirle  lo que no le dicen sus amigos.

Sabe Dios que mi perfil ha sido validado por tres personas diferentes y un  hombre, pero hacérmelo, me lo he hecho yo solita, faltaría más. Que está muy cara la vida para invertir  en falsedad para compartir, y, además, la verdad siempre acaba saliendo a la luz. 

Y dudo mucho, que los que se venden como si fuesen las estrellas de Hollywood realmente lo sean, y  que los otros tengan cara de merluza con ensalada. Conclusión, ni te fíes de las fotos, ni de las bios,  déjate llevar por tu instinto, y que sea lo que Dios quiera. Eso sí, suerte, porque yo me he llevado algún  que otro rasguño de regalo, por participar.

 

Paula May