Os pongo un poquito en contexto. Yo un buen día quedo con un amigo al que hace mucho que no veo, para ir a tomar unas cervezas. A este amigo yo le gusto, pero jamás hemos llegado a tener nada porque todo han sido idas y venidas, y nunca ha acabado de cuajar.

Total, al rato, en esa terraza acabamos siendo cinco amigos suyos, más nosotros dos y decidimos ir a echar unos billares a nuestro bar de rigor. En una hora se han unido más de 15 tíos a la fiesta, y a todo esto (que creo que es importante), yo SOLO conocía a mi amigo dentro de toda aquella selva de testosterona, sin embargo, desde que llegamos al bar el colega se había escurrido entre los billares.

El caso, que una servidora no le queda otra que empezar a entablar conversaciones con todos aquellos chavalicos, y oye, de los más variopintos todos y ni tan mal.

Bien pues la noche continúa y hacia las 12 entran dos chicos por la puerta, y uno de ellos de TOMA PAN Y MOJA. Y resulta como no, que también se unen a nuestra mesa porque nena, allí todo el mundo se conoce.

Ji ji, ja ja, y el buenorro se me sienta al lado y empezamos a hablar. Cuando de repente mi amigo coge y de morros dice que se va. Ojo, mi amigo que yo no he visto en toda la noche porque está desaparecido entre las mesas y las bolitas pasando de mi persona a tope.

Total, que pese a que le insisto un par de veces, coge y se marcha. Pues nada chiqui, yo me quedo.

The thing is que sí, me acabé liando con el buenorro, y bien liada. Y el caso es que ya a las 5 de la mañana me dice, ¿te vienes a casa? Y yo que me voy de cabeza a culminar la noche.

El pinchito bien, el chaval es majete, pero el follodrama viene cuando por la mañana nos levantamos ¿y quién hay sentado en el sofá?

Mi amigo.

Sí señoras, resulta que Mr Buenorro es compañero de piso de mi amigo, desde hace muy poquito, pero lo es.

Así que os podéis imaginar mi careto cuando me levanto y me lo encuentro en el comedor con el café y me mira con cara de asco preguntándome ¿qué tal ayer?

Os podéis imaginar la mañana. Bien pues tal cual salí por la puerta de aquel piso, sin saber muy bien qué acababa de pasar, miro y me había bloqueado de whatsapp, Instagram y todas las aplicaciones habidas y por haber del mundo mundial.

Tras un día entero de colgarme al teléfono hemos conseguido hablar, y pese a estar todo solucionado, el drama ha sido bastante real. ¿Es normal que me la líe así?

Marta MY