Parece ser que tengo el chocho radioactivo nenas. Al menos eso me dijo el otro día un maromo de Tinder.

Y yo no entiendo cómo pueden quedar señores que aún no saben que los coños no saben a piruleta.

Vamos a ver ¿Qué esperan? ¿Qué me baje las bragas y les saque una copa de helado de salted caramel desde el útero? Mira, de verdad, me tienen hasta las tetas.

Bueno, os cuento todo lo que pasó hasta llegar al momento de «Te sabe el chocho a chocho radioactivo»

Lo típico, chica conoce chico y colchón conoce lefa.

Tuvimos una primera cita de lo más ardiente no os voy a engañar. Quedamos a tomar un par de birras y a la mitad de la primera ya estábamos caminito de belén, Olé olé Holanda y olé. Holanda ya se ve, ya se ve, ya se ve. ¡Pues no lo vi! ¡No lo vi!

Él parecía un tipo normal, de andar por casa y sin chorradas. En cuanto vio de qué pie cojeaba se declaró feminista y toda esa chufa, claro.

Nada, lo típico de «Yo me he comido coños ochenteros y no pasa nada» o «La presión que soporta el género femenino desde todos los ángulos es insostenible, imagen, carácter, devoción…» Muy guay todo, el tío estaba en la onda.

Y a casita me lo llevé, porque chicas, pocos polvos hay tan buenos como los que puedes echar con un hombre que no espera gilipolleces del cuerpo de una mujer.

Abrir el mochi a un tío que no se asusta con un arbusto, ni con regla ni con flujo es de lo mejor que hay, porque no tienes presiones. Te bajas las bragas, te quitas el eyeliner y eres carne de deseo, placer y desenfreno.

Y yo quería desenfreno del bueno.

Yo, por decisiones que se toman en la vida, pues tengo el laser hecho en TODO el amigo. Vamos, que ni punki, ni Hitler ni afro, no tengo nada de vello.
Y no es por echarme flores, pero siempre me he considerado muy limpia en el tema chochil. Siempre he manipulado un poco los astros para que se alinearan a la perfección para que me cayera comida de coño.

No sé, creo que es lo mínimo que puedes hacer cuando te acuestas con alguien: estar limpia. ¡Pero eh! Te hablo de limpieza real, de utilizar un jabón apropiado para la zona, secar la zona correctamente y no hacer gilipolleces.

A ver nenas, que llevar el coño limpio no es echarse un chorro de colonia a clítoris abierto ¿Eh?

Bueno, volviendo al tema: Polla conoce lengua, polla conoce chocho y una servidora conoce semen. ¿Y yo? Pues yo le agarré de las greñas a aquel rojo que me tenía tan cachonda y le puse a comer carne como si no fuera vegano.

Primero me di cuenta de que no me estaba lamiendo el clítoris, me estaba lamiendo la apertura de la vagina ¿Qué hace ahí? ¿Qué busca?
Bueno, le digo que suba y comienza a apretarme el clítoris con su lengua. Vamos a ver ¿Te estoy diciendo que el come coños peludos, destroza bragas no sabe comerse un coño? Te lo estoy diciendo.

Y nada, ahí estaba yo, moviendo la cadera, intentando sacar algo de partido a aquel trabajo muy mal hecho mientras me daba cuenta de que aquel chico estaba más incómodo que yo en crossfit.

Entonces le dije «Ei ¿Todo bien?»

Él levanta la cabeza y me dice «Verás es que te sabe el chocho a chocho radioactivo»

¿A chocho radioactivo? Yo le pido explicaciones y me dice «No huele mal, pero sabe y huele a Chernóbil» ¡A CHER.NO.BIL!

Me quedé tan en shock que me pasé la mano limpia por la zona y lo probé yo misma. No sé chica, o tengo un chocho radioactivo y nadie me lo ha dicho jamás o aquel tío, después de correrse, pasaba mil de comer chocho y no se esforzó ni en inventarse una excusa digna.

Y que quieres que te diga, pero me apuesto un pedo vaginal a que los tiros apuntan a lo de la mala excusa.

Vamos, que el amigo va de feminista, naturalista y toda esa gamba. Orgulloso comedor de coños peludos que viven en furgonetas y le echa para atrás un coño sin un puto pelo y recién enjabonado. Ya, claro, ahá…

A este le ponía yo una mascarilla de esas que huelen a coño ¿Sabéis que existen no? Son estas.

Y yo, como soy gilipollas, no pude evitar rallarme. Al de 1 hora estaba yo en facetime, exigiendo sinceridad a mis ex parejas. Me quedé tranquila cuando mi ex me dijo «Eres el coño más limpio que me he comido en la vida»

Así que nada, yo y mi chocho radioactivo cerramos persiana para tipos que creen conocer el cuerpo de una mujer mientras exigen sabor a piruleta.

¿Qué va a ser lo próximo? ¿Ir de body positive por la life y echarme mierda por tener estrías?

¿Acaso vosotras habéis comido algún pito que sepa a vainilla? ¿Caramelo? ¿Cereza? A mí, en los mejores casos me han sabido a piel, por no hablar de los peores…

En fin, desde entonces y a modo de coña, mis amigas me llaman Cher, de Chernóbil.

 

Anónimo