Gloria Shuri es humorista, tiene cientos de miles de seguidores en su canal de Youtube y casi 20.000 followers en Twitter. Sin embargo, esta estadounidense saltó a la fama por algo tan absurdo como tener un novio más guapo y delgado que ella. Bueno, en realidad si ha conseguido hacerse oír es por haber sabido responder con salero y humor a todos aquellos que tratan de ridiculizar a la pareja.

Partamos del inicio. Gloria y Ali se conocen por Internet. Ella vive en San Francisco y él al otro lado del mundo, en Escocia. Ambos hablan durante meses y entablan una amistad cada día más intensa pero ninguno de los dos se atreve a dar el paso de convertirlo en algo más. Al fin y al cabo viven separados por miles de kilómetros y sucumbir al amor no resultaría nada fácil. Pero en estas cosas ya se sabe que la razón y el corazón no suelen ir de la mano. Ali acabó declarándose y después de dos años de amistad su relación era una realidad. Hasta aquí todo bien, tampoco entremos en detalles del ‘cuore’.

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Cuando Gloria presentó a su novio públicamente en su canal de Youtube comenzó la pesadilla. Miles de usuarios vertían comentarios desagradables y maleducados sobre la pareja. A él le tachaban de falso, de estar con ella por dinero, de ser retrasado mental, de gay. ¿A ella? De gorda y fea, y como mucho, de ingenua. Comentarios del tipo ‘¿pero en serio vosotros dos tenéis relaciones sexuales? qué asco’ o ‘¿esa mujer tiene novio? ¿qué está pasando en el mundo?’ lejos de hacer mella en Gloria provocaron una especie de revolución que convirtió a la pareja en centro de todas las miradas hasta llegar a aparecer en programas de la televisión estadounidense como The View. La simple idea de que una pareja tenga que justificar públicamente las razones por las que están juntos se me antoja absurda, pero ellos hablan con una naturalidad envidiosa sobre su relación y zanjan así una polémica que nunca debería haber sido tal.

Gloria habla de sus complejos, de cómo a ella misma le costó creerse que un chico como Ali estuviera realmente enamorado de ella. Él reconoce que siempre le han gustado las chicas gorditas, que no entiende como hay otros que pueden decir ‘a mi me gustan rubias’ y cuando él dice que le gustan los michelines le miren raro. Los dos coinciden en que además de las apariencias, les une el humor por encima de todo y gracias a eso son capaces de pasarse los comentarios de los demás por el forro.

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No me gusta ser hipócrita, no voy a ser yo quien diga que algo así no llama la atención. La sociedad nos hace observar con ojos de incredulidad a parejas de esta tipo y hasta puedo llegar a entender que si te los cruzas por la calle les mires y se te pasen un par de pensamientos por la cabeza. Ahora bien, de ahí a pedir explicaciones, insultar, difamar, ridiculizar o herir, hay un paso bien grande que nadie debería dar jamás. Para empezar porque a mi qué me importa cómo sean los novios de otros, bastante tengo con preocuparme de cómo sea el mío. Y para seguir, porque si tienes un mínimo de sensibilidad sabrás que detrás de cada pareja hay una historia de la que no tienes ni idea y que va más allá de un cuerpo perfecto, de unos granos o de una incipiente alopecia. Una historia que en el caso de estos dos es digna de admirar por su valor, persistencia y honestidad. Yo me declaro fan, y al resto, que les den.

Actualización: ya están casados!

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