»Amaia Montero preocupa a sus seguidores»

Se encendían todas las alarmas el pasado viernes día 14 de octubre cuándo la cantante Amaia Montero, ex vocalista de La Oreja de Van Gogh, subía a su Instagram una foto en la que se la podía ver sin maquillaje y como recién duchada o levantada y con el pelo revuelto. Lo que dio pie a que en todos lados comenzara a publicarse lo escrito en el título de este texto.

Los rumores y los dimes y diretes no tardaron correr, con los caminos bifurcándose en dos: las personas que por un lado hacen memes y bromas horribles con la fotografía y las que, sin ningún dato confirmado, se apenan por la cantante y le muestran su apoyo reivindicando que está pasando por un problema de salud mental (una depresión comentan).

Tanto un extremo como otro me parecen terribles. Comentarios fáciles y vacíos tanto de contenido como de información en su gran mayoría. Después nos damos golpes de pecho denunciando el bullying y promulgando campañas y buenos hábitos contra este. Palabrería barata, como se muestra cuando sucede algo como esto.

No me pararé en comentar la parte más directamente relacionada con la crítica malintencionada, pues por mi parte las personas que se dedican a ridiculizar e intentar hundir a otras en redes ni siquiera tienen cabida. Pero lo que si me pregunto en relación a las que alegan que padece una depresión es lo siguiente: ¿conocéis su vida privada?, ¿sabéis si es así como se muestra en su día a día o es algo excepcional?, ¿no os habéis parado a pensar que haciendo esas declaraciones sin una base o fundamento claro estáis vosotras mismo perpetuando un estigma?

Ella es una persona pública que durante muchos años ha sido, y en parte sigue siendo, sometida a una continua y apabullante presión mediática. Un machaque continúo que puede ser, y no sería descabellado pensarlo, que haya echo mella en su estado emocional, ¿pero quién es nadie para elevarlo al grado de problema de salud metal poniéndole incluso la etiqueta de depresión?

La realidad es que como de tantas otras personas públicas solo conocemos la parte de su vida que ella misma nos ha querido mostrar, que no será ni un 80% de su vida real. No sabemos nada de su vida, de su salud ni de sus problemas. Lo único que sí sabemos es que Amaia solo es una mujer más, como todas. Con sus días malos y buenos, con maquillaje, sin el, peinada, sin peinar, con más o menos arrugas, con 3 kilos de más o con 5 de menos. Es humana, que sorpresa. Quizás lo único que necesite es que la dejemos vivir.

Que dañino es el perfeccionismo al que tan mal nos han acostumbrado las redes sociales. Independientemente del motivo de esa foto yo solo puedo alabar su valentía. No todas las personas seríamos capaces de exponer esa realidad, que, valga la redundancia es, lo más real que he visto en redes en mucho mucho tiempo. Todas las personas somos o hemos sido Amaia Montero en algún momento de nuestras vidas. Y eso no nos hace ni mejores, ni peores ni más felices, solo más verdaderos. 

No siempre es oro todo lo que reluce, ni tiene que serlo. Y de igual modo está bien que alguien sea capaz de mostrarnos eso sin que se le echen los leones encima.

Sus canciones y su voz han sido bálsamo de muchas personas en tantos y tantos momentos, solo queda decir que, se encuentre en el momento de su vida que se encuentre ahora, no dude que aún con el paso de los años siempre será la reina del pop.

 

N.