Stradivarius… ¿Tú me completas? ¿De verdad?

A ver,  ni siquiera sé por dónde empezar con este mensaje de una de vuestras camisetas. Si por el horror de mantener la idea de que alguien nos completa y el daño que, históricamente, esto ha hecho a las mujeres. O por la homofobia que transpira ese mensaje dando por hecho que lo que completa a una mujer es hombre, o viceversa. Hay tantísimo terror en una sola camiseta… ¡Y sin hablar de las tallas! Eso, mejor, lo dejamos para otro día, que hoy con el mensajito ya tenemos suficiente.

Describo la camiseta en cuestión: blanca, con un mensaje en letras negras y el inglés que reza “You complete me” (“Tú me completas”) y sobre éste dos corazones rojos, uno con el símbolo masculino (la flecha) y otro con el símbolo femenino (la cruz, que no acabamos de sacudirnos de encima por más pasitos que damos).

La vi hace un tiempo y aún estoy hiperventilando. En ese mismo momento me dirigí a una de las dependientas de la tienda, en Ibiza, para preguntarle si eran conscientes del mensaje de la prenda. Respuesta: encogimiento de hombros. No encontraremos a esta dependienta en el camino para la igualdad, ya os lo advierto.

¿Por qué debe indignarnos tanto esa camiseta? Pues en primer lugar porque da por hecho que una persona no está completa si no cuenta con otra persona a su lado. Perpetúa el mito de la media naranja, ése que nos han metido a las mujeres con calzador desde que éramos niñas y que establece que ninguna persona, pero especialmente las mujeres están completas hasta que no encuentran a otra que las quiere y a la que quieran. Nadie, ni mujeres ni hombres, necesitamos a nadie para ser un todo. Ya lo somos. Y la idea de que necesitamos que nos completen es la causa de que muchas personas se aten a otras que no les convienen, que no las tratan bien, que les hacen daño. Y todo porque si no, no son personas completas. Con pareja o sin pareja todos y cada uno de nosotros somos personas completas.

Pero sigamos. Porque el mensajito se las trae. Segunda pregunta que le hice a la misma dependienta: “¿Es el único modelo de esta camiseta o hay otros?”. Ahí sí, ahí lo tuvo claro. Era modelo único. Para llenarle al Amancio de Stradivarius el pelazo que no tiene con chicles, como diría La Vecina Rubia. Porque resulta que el mensaje de esa camiseta se carga todo aquello por lo que lleva décadas luchando el colectivo LGTBI. Lo único que puede completar a una mujer (lo que me fastidia escribir esto) es un hombre. Y lo único que puede completar a un hombre (lo que me fastidia escribir esto también) es una mujer. De esta camiseta quedan fuera todas las personas no heterosexuales. Estrictamente heterosexuales. Una camiseta de Stradivarius yendo por detrás de las leyes, de los avances sociales y de la lucha por la igualdad de las mujeres y de la libertad sexual. ¡Enhorabuena!

Cantad conmigo: “Terror en el Stradivarius, horror en la ultrafranquicia, la igualdad ha desaparecido, y nadie sabe cómo haa sido nooooo, ooooooh”

Marta Torres Molina