Querido amigo fantasma:

Te escribo para decirte que eres increíble. Sí sí, increíble.

Agradezco que cuando me cuentes una historia le des vidilla, nadie quiere una historia aburrida y mediocre. Pero tampoco hace falta que te inventes un trozo nuevo cada vez que la cuentas. Nunca esperar en una cola fue divertido y emocionante, y tú sólo consigues que sea la cosa más épica de la historia. Lo que empezó como un día normal en el súper, se acabó convirtiendo en «el día que conocí a Mario Casas y me hice colega suyo». Creo recordar que la última vez que te oí contar esa historia era otro famoso…

giphy

Me impresiona tu habilidad por adornar las historias de un modo tan rimbombante que te sale espontáneamente como si te hubieras aprendido un personaje, y cada vez que tienes que contar una de tus batallitas, te transformas y dejas de ser tú para ser alguien fascinante. No me apetece oirte contar la misma historia una y otra vez, pero siempre estoy atenta para ver que es lo nuevo que le añades esta vez. Es como un juego donde tienes que encontrar las siete diferencias.

También eres increíble cuando presumes de las chicas que te has llevado. Querido amigo fantasma, puedo llegarme a creer (en un hipotético caso de que alguna vez me diera un golpe fuertecito en la cabeza y te creyera) que creiste ver de lejos a Mario Casas, pero que te hayas liado con semejante número de chicas… Llama a Cuarto Milenio porque contigo tienen un programa completo.

photoshop

Aunque tengo que darte las gracias por hacer que tu vida sea más miserable que la mía. Me gusta cuando he tenido u3na semana horrible y tú te esfuerzas al máximo para quedar por encima, y hacerme ver que la tuya ha sido mil veces peor. Si yo he pisado una mierda, he pinchado y he tenido fuertes dolores de cabeza tú habrás tenido diarrea en el coche y te habrán operado apendicitis.

Querido amigo fantasma, me caes mejor cuando no intentas ser el centro de atención con historias que ni tú mismo te crees.