Tenemos el concepto de placer culpable muy interiorizado. Ahí metemos todas aquellas cosas que nos da vergüenza reconocer que nos gustan porque no es lo socialmente aceptable. O más que socialmente, en tu círculo o en el que se supone que es tu nivel intelectual.

Y antes de que encendáis antorchas, tampoco vamos a meter en el mismo saco cualquier cosa. Que si lo que te dá placer es incendiar hormiguitas con una lupa en días de sol, eso ya no es un placer culpable, eso háztelo mirar.

Dicho esto, vamos a hablar de los típicos que conocemos. Eres una indie redomada, o una rocker, o te gusta la música clásica. Pero secretamente y cuando estás sola, solísima en casa, te pones panchangueo a tope para mover tu cucu. ¡Pues claro que sí! Pero lo escondes y dices con la boca pequeña que es tu placer culpable. Pues mal, amiga, muy mal. Si te gusta, te hace sentir bien y te sientes de puta madre meneándote con ritmos bailongos ¿Qué hay de malo en eso? Que sí, que sabemos que David Ghetta no sabe componer, ni hacer letras, ni tiene los conocimientos musicales de Dave Grohl. Pero eso no te hace ser peor porque te guste escucharlo (ni aunque sólo lo escuches a él, pero no vamos a entrar en eso hoy). ¿O acaso no te lo pasas de puta madre dándole al zumba con el reaggeton? ¡Deja ya de sentirte mal por ello y de pensar que es un placer culpable y reconoce con orgullo que te meneas con Shakira!

Con las pelis otra que tal. Que muy guay lo de ver pelis kurdas con subtítulos en danés. Que maravilloso. Todas las nominadas en Cannes, a los Globos de Oro, los Oscars, las del festival de cine independiente de Sundance. Pero un viernes por la noche te pides una pizza y te tragas 10 razones para odiarte. ¡No es un placer culpable! Lo voy a reconocer aquí públicamente a modo de catarsis (vosotras lo podéis hacer en casa a grito pelao, que seguro que también funciona): ME GUSTAN LAS PELIS DE TEENAGERS. Y si son noventeras, mucho mejor. Por favor, que alguien haga ya el software que tiene la prota de Clueless para elegir qué modelito se pone ese día. ¿Que luego voy por ahí con mi tote del festival de Sitges? También, porque también me gustan. Que buenas mierdas hay ahí también, no nos engañemos. Pero a nadie le oculto que luego peli de insti que suben a Netlfix, peli que me veo.

Con los libros otro tanto. La estantería llena de grandes obras. Que están genial. Comentas los clásicos, los hits de la ciencia ficción, hasta el Silmarilion. Ahora, que hay días que tienes el cerebro licuado, que andas con mil historias, líos en el curro, que ya no te da la materia gris para más: pues lo bien que entra un cómic en esos momentos, o una novelita facilita, algo que te entretenga y te distraiga. Y no eres menos culta, ni peor persona, ni eso es un placer culpable.

No tenemos que ser constantemente perfectas a los ojos de los demás. El concepto de placer culpable te hace sentir culpabilidad por disfrutar cosas que se supone que no deberían ser disfrutadas por alguien como tú, o que dan una imagen que no es la que quieres para ti. Pero entonces te estás sintiendo culpable de una parte de ti misma, de algo que te hace ser quien eres, que son tus gustos. Ya eres perfecta tal y como eres, ya sea físicamente, como queda bien claro desde aquí, como con tus gustos. Así que acéptalos como te aceptas a ti misma y disfrutarás más de ellos, y de la vida, y no andes escondiéndolos.