La noche del lunes se estrenó en tve el programa destinado a ocupar el gran vacío que nos ha dejado OT, Maestros de Costura. Como buena fanática de Projet Runway y apasionada de la moda esperaba este programa tan emocionada como aterrorizada, me temía lo mejor y lo peor…
Pues bien, mis sensaciones siguen siendo contradictorias, sigo sin saber si seré capaz de engancharme a este Master Chef de la costura (intuyo que ocupa incluso el mismo plató reciclado), porque la elección de los concursantes junto con el jurado tan dispar me hace pensar que igual querían crear espectáculo más que vestidazos.
Y yo por eso no paso, quiero ver moda de la buena, arte, con tensión vale, que es un reality show, pero sin olvidarnos de los importante.
Y ya en la primera media hora del programa te das cuenta de que moda, vamos a tener poca. Entiendo que es un reality y que hay que darle emoción pero pedir a unos concursantes que en pocas horas, con la presión de la presentadora gritándote que el tiempo se agota y con el estrés de los focos hagan una réplica de un abrigo de alta costura de Pertegaz es inviable, inevitablemente el estropicio es digno de llanto.
Esto es moda señores, no un taller de cocina, me repito con Project Runway pero aunque era un formato parecido, los diseñadores tenían mucho más tiempo para preparar las pruebas y claro, el resultado era totalmente distinto.
Y eso que pintaba bien, tres diseñadores de referencia como jurado,María Escoté, Palomo Spain y Lorenzo Caprile muy distintos entre sí pero igualmente talentosos, invitados de lujo y una presentadora muy acostumbrada a este tipo de formato (a mí personalmente me tenía enamorada Raquel cuando presentaba Pekín Express, aunque reconozco que esta vez la he visto algo forzada).
El casting tampoco me parece un acierto la verdad, no dejaba de oler un tufillo amoalauraperoesperarehastaelmatrimonio, extrañamente combinado con tópicos andaluces (soy andaluza y no todos estamos todo el día cantando y bailando o pensando en lunares, bueno esto último yo sí), el bordador de mantos de semana santa y un pequeño rayo de esperanza Eduardo y Alicia, los únicos concursantes que crearon algo que deseaba tener en mi armario desesperadamente. Ambos tienen experiencia en el sector, Eduardo viste a la Terremoto de Alcorcón y Alicia es modelo/diseñadora creadora de prendas que según dijo llevaría ella misma (parece obvio pero lo comprable escaseaba bastante).
Todo este batiburrillo de prisas, costuras al ritmo vertiginoso como el que está preparando una tortilla de patatas y los gritos del señor Caprile me hacen dudar de mi fidelidad al programa, pero merece la pena intentarlo, al menos por la cantidad de términos de costura que mencionan y explican perfectamente para las amantes de la moda que no saben ni coser un botón como yo.
Y a vosotros ¿Os ha molado el programa?
