Como buena adicta al cuidado facial y al mundo de los potis (aunque tengo menos constancia de lo que me gustaría) no he podido evitar probar las mascarillas coreanas de la marca Kocostar. Ya sabéis que toda la cosmética coreana está pisando fuerte y estas mascarillas tenían pintaza y me hacían ojitos.
Yo me he cogido (ojo que NO es un post patrocinado que nos conocemos) la de pepino y la de fresa. Tienen un precio aproximadamente de 3,55€ en Amazon .
En principio la mascarilla promete mucho pero yo soy una mujer ya experimentada en esto de las falsas promesas (si no que le pregunten a la mitad de mis ex novios) y no me creo ná de na si no lo veo. Empirismo a tope.
Esto es lo que dice:
«Nuevo concepto de mascarillas frutas y verduras que restauraran la piel, proporcionándole hidratación y nutrición, bienestar y energía de una forma fácil y divertida. Se pueden aplicar en la cara, escote, cuello, brazos y piernas , de una forma más divertida y mucho más eficaz que usar las frutas y verduras directamente. Han recreado perfectamente el olor y las formas de las frutas y verduras, haciéndonos sentir que son reales y consiguiendo trasladar a la piel sus principios cosméticos Están fabricadas en tencel, procedente de eucaliptos. Su aplicación pieza a pieza, les hace fáciles de usar.
El extracto de pepino aporta altos niveles de vitamina C y ayudando a mantener el nivel de humedad en la piel, aportando un mayor nivel de hidratación a la piel.
Modo de Empleo: 1. Separar cada rodajita y aplicar sobre la piel limpia y seca. 2. Deje actuar 15 o 20 minutos. 3. Masajear el exceso de Esencia en la piel. No aclarar. 4. Se puede aplicar sobre cualquier área donde el tratamiento sea necesario»
Y esto es lo que hace:
Como decía mi querido amigo Jack, vayamos por parte. El envase de las mascarillas me parece súper bonito y llamativo, lo que activa tus sensores de urraca y claro, te lo quieres llevar a casa. Un minipunto para el equipo de Kocostar.
En cuanto al olor, pssss, ni fú ni fá. He probado mascarillas que huelen muchísimo mejor. No sé si es porque va con la filosofía de producto natural, pero en olor han cojeado un poco (aunque tengo que decir que la de fresa huele un poco mejor o al menos más intenso que la de pepino) Diez puntos menos para Gryffindor.
En cuanto al formato, la idea de que sean rodajas me gusta y me disgusta a la vez. Es decir, me parece una manera súper divertida de aplicarte una mascarilla facil y me parece acertado ya que nuestra piel no tiene las mismas necesidades en todas partes y por lo tanto no necesita las mismas soluciones. Lo que me permite aplicar la mascarilla en las zonas que necesitan más hidratacion y combinarlo en otras con otros tratamientos.
Esto ya sería un diez de diez si las rodajitas no se te cayeran (me ha pasado con las dos). Al final tienes que estar tumbada cual momia del Egipto antiguo para que no se te despeguen las rodajas, así que no es nada práctico si quieres ponértela en casa mientras haces unas lentejas o te comes unos torreznos.
Yo me la puse unos 20 minutos y la verdad es que la piel se me veía más jugosa y radiante, todo hay que decirlo. Esta mañana al despertarme sólo me he puesto corrector en las ojeras porque la piel tenía un aspecto mucho más sano.
¿Las volvería a comprar?
No. Por ahora me parecen poco prácticas porque yo tiempo para meditar sobre el existencialismo en mi cama pues poco, la verdad. Me gustan, pero junto a que me parecen un poco caras y que me resultan incómodas, prefiero otras mejores que hay en el mercado, como las de Miin cosmetics
@pau_aranda21