Vengo a hablaros de sujetadores una vez más. Porque sí amigas, soy la loca de los sujetadores y de los champús y estas cosas necesito compartirlas con vosotras…

Hace unos días mi madre me llamó emocionada contándome que me había comprado dos vestidos baratísimos en una tienda nueva que abrieron en un polígono de las afueras de Vigo. Evidentemente no se acordaba del nombre, solo de que estaba al lado del Decathlon. Mi respuesta fue: «No sabía que en Kiabi hubiera tallas grandes». Mi madre: «Sí eso, Kiabi. Tenemos que ir un día». Fui a casapadres a comer y afortunadamene los vestidos me quedaron divinos y ¡ojo! no son de tallas grandes (pero hay cosas de tallas «normales» que dan mucha talla). Así que, con todo el subidón, nos aventuramos esa misma tarde y nos volvimos literalmente locas.

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Yo ya tenía colgando del brazo un montón de prendas para probarme antes de llegar a la sección de tallas grandes (epic win). Me fui directamente a la zona de lencería y había un montón de bragas en las que podría entrarme el culo (¡bien!), pero los sostenes no pasaban de la copa D. Uno de los grandes dramas de mi vida, como gorda y pechugona, es encontrar sujetadores grandes que no me cuesten más de 50 euros y me sienten bien de verdad. No podía ser perfecta la incursión en la nueva tienda de confianza.

Dándolo todo por perdido seguí revolviendo entre las ropitas y de repente oí la voz de mi madre: «Mmmmm…Betty, aquí hay unos sujetadores que me parecen bastante grandes». Salté como un velociraptor sobre un burro medio escondido lleno de una ropa interior con la que parecía que se podía practicar paracaidismo. Estaba muy nerviosa y decía para mis adentros: «Betty, no te emociones tanto que luego si no te sirven es peor».

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¡Ay, queridas mías, qué maravilla! Efectivamente, había unos sujetadores enormes, perfectos para mis tetas enormes (hasta la copa G). Tal era mi excitación que me los probé ahí mismo, bajo la incrédula mirada de mi progenitora, en medio de la tienda y por encima de la ropa. Solo me faltó ponerme a cantar «Like a Virgin» de Madonna para marcarme un Bidget Jones en la cárcel tailandesa. Casi me pongo a llorar al ver que, además de bonitos, costaban alrededor de 20 euros. Me compré dos y cuando llegué a casa y me los probé, casí podía volar del subidón. Reconozco que le mande fototetas a todas mis amigas que comparten conmigo el pecho grande y natural.

No os voy a mentir, no tengo muy claro cuanto me van a durar porque no son de la misma calidad que los de Panache y de contorno tallan un pelín pequeños, pero cuestan menos de la mitad, sientan fenomenal y la sensación de poder comprarme lencería bonita a un precio majo (como todas mis amichis no pechugonas) no me la quita nadie. Además suelen tener la braguita haciendo juego y por unos 25 euros puedes hacerte con un conjuntito de lo más sepsi. En otro orden de cosas, también hay medias ultra tupidas de talla grande y bastante bien de precio (7-8 eureles creo recordar), pero para mi desgracia salieron malísimas (se me escurren como casi todas), algo malo tenía que tener.

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Pechugonas del mundo: os animo a todas a que visiteis Kiabi, no os decepcionará (yo estoy deseando tener que comprarme más ropa interior). Palabrita del Niño Jesús.

PD: las imágenes de los sujetadores están sacadas de la web de Kiabi.