Corren tiempos difíciles para las gordas. No estamos en nuestro mejor momento desde hace no se cuantos años. Que yo recuerde desde que nací.

Si viviéramos en 1400 o fuésemos de otras culturas quizás molaríamos mazo, pero chica aquí en Europa estamos pasadas de moda. Y la vida como gorda es dura, por mucho que nos sude el papo porque lo tenemos también más gordo de lo normal.

Tenemos que aguantar miraditas, risitas, comentarios, consejos, que nos recomienden dietas, que duden de si nuestro novio es un gigolo porque si no pagamos nadie nos echaría ni un polvo, ni siquiera una mano, porque cuesta mucho movernos.

En fin, que nosotras somos gordas y educadas, la mayoría. Más que la gente de cuerpos normativos, porque como a ellos nadie les dice NADA pues claro se creen que hablar es gratis, y hablan y hablan sin parar.

Y luego está la sociedad que hace negocio con nosotras y le encanta nuestra pasta, pero nos desprecia y no nos quiere dar visibilidad.

Y claro pues las gordas estamos tragando y tragando, pero no donuts, no, gilipolleces a montones.

Y entonces nuestros cuerpos se ensanchan y se hacen grandes sin parar, para seguir resistiendo todo esto, ya que de momento matar es ilegal. Y comerse a la gente pues también. Porque oye algunos al horno y con unas patatitas, podrían ser comestibles, otros ni eso. Pero ahí seguimos.

Y  esto nos crea una ansiedad y un resquemor, que no es que nos repita el ajo, nos repetís vosotros. Y cuando digo vosotros lo voy a dejar ahí, en suspense. Porque los que lo son, serán los que se darán por aludidos en cuanto lean las primeras frases del post.

Pero ha llegado el momento de hablar o reventar. Vosotras mismas. Porque no estamos gordas, estamos hinchadas de resistir tanta mierda.

Como dice Lucía Loderman: «La suavidad para el papel higiénico.

Sé cruel».

Así es que empecemos a responder, empecemos a decir lo que pensamos de los demás y a ver como acaba esto. Si es en una guerra nosotras aguantaremos más, tenemos más reservas, no lo olvidéis.

Porque ya está bien de tener que advertir en Tinder, Badoo o cuantas webs de folleteo haya, un letreto en rojo encima de nuestra cara que diga: «Atención, aunque soy guapa de cara me salen lorzas cuando me siento». Por si el señor con el que vamos a quedar no se ha dado cuenta y se frustra al ver que no tenemos la 38.

¿Por qué los de las fotos en el lavabo no están obligados a dejar claro lo que son? Algo así como: «Atención tengo tableta, pero solo sé decir tres palabras seguidas, y tío, tío, tío, en bucle»

O: «Atención no llevo calcetines con los pantalones».

Perdón es un trauma que tengo con los hombres sin calcetines que ni mi psicoanalista sabe el por qué.

¡Ellos no tienen que avisar de nada!

Porque son flacos y ya está. Da igual si tienen un cociente de menos cinco, si son machistas, o si no se han lavado el sobaco.

En cambio las gordas nos tenemos que excusar hasta de respirar, no sea que respiremos un poco más de oxígeno de lo normal y ofendamos a alguien.

¡Estoy gorda por si aún no te habías dado cuenta!

Pues mira ya está bien. Yo me cansé de esto hace años, y creo que deberíamos  empezar la revolución de las gordas sinceras. Sin filtro (solo los de instagram), sin piedad, por el bien de la humanidad, y sobretodo POR VUESTRA SALUD.

Si, esa salud nuestra que importa tanto a todos, pues aquí y ahora os digo que callarse cosas es malíiiiiiiiiiiiiiisimo para la salud. Así es que os dejo unas cuantas respuesta a las frases más básicas y más repetitivas que escuchamos mil veces al mes como mínimo, y que no me entere yo que ninguna gorda se calla nunca más ante esto.

 

  • Te lo digo por tu salud. Pues tú deberías morirte por la salud del planeta pero como la naturaleza no hace selección natural, quizás me planteo hacerla yo.
  • Deberías adelgazar. Y tú deberías arreglar esa mierda de vida que tienes y nadie te ha dicho nada.
  • ¿Comes muy mal? Si, de hecho me gustaría comer humanos pero de momento me conformo con hamburguesas de animales inocentes.

  • ¿Ese es tu novio? Si, es que como tengo tanta hambre siempre, no paro de comerle el rabo sin parar.
  • ¿Y si hicieras un poco de ejercicio? Estoy haciendo uno muy grande ahora para controlar mis instintos de matarte.
  • Eres muy guapa de cara. ¿Has tenido que pensar mucho para darte cuenta?
  • Si fueras más simpática le gustarías más a los chicos. Ya, pero es que no quiero gustarle a todos, porque la mayoría son gilipollas.
  • No tenemos nada de tu talla. No, si no vengo a comprar nada para mi, es para mi perra que pesa 4o kilos y me gusta vestirla de mamarracha.
  • ¿Cuánto pesas? Lo suficiente como para aplastarte la cara con mi culo.

Que por otra parte… ¿para qué? si estar gorda jode más. Pero con cada contestación, con cada respuesta notaréis que el cuerpo pesa menos, y que os sentís más ligeras. No será que estáis perdiendo grasa, pero si un exceso de aguantar gilipollas. Tanto que os parecerá que habéis perdido 20 kilos.