Cuando empecé a leer esta novela, reconozco que pensé que no iba a sorprenderme. Como suele decirse, juzgue el libro por su portada.

“¿Qué podemos perder?”, la primera novela de Sandra Miró, nos presenta a tres protagonistas que entablan una amistad inesperada. Al principio, no pude evitar pensar que se trataría de una novela adolescente repleta de tópicos, pero al ver la estructura narrativa que ha empleado la autora, me dí un punto en la boca. Sandra (permitidme que la tuteé) habla de un grupo de amigos, sí, pero no pierde de vista la individualidad de los personajes, haciendo que sean ellos desde sus miradas particulares los que cuenten una historia global. Este detalle (brillante a mi juicio) consigue que crees filias y fobias rápidamente, y que recibas cada capítulo (que se centra en uno u otro personaje) con mayor o menor emoción.

Se trata de una lectura ágil, con un lenguaje sencillo y moderno. Es imposible no recrear los diálogos en tu cabeza y encontrarte a ti, lector, hablando así con tus amigos.

Por otro lado, creo que se exploran temas interesantes que afectan directamente a las nuevas generaciones (y quizá no tan nuevas): la búsqueda de la identidad, la exposición social, la presión académica (o titulitis) entre otras tramas que permite que el público al que se dirige, más joven que adulto, se vea en estas páginas.

Además, otro punto a favor de esta novela es la relevancia de los personajes secundarios ya que son puntos de inflexión para cada uno de los viajes del héroe que realizan los protagonistas.

En definitiva, “¿Qué podemos perder?” es una novela juvenil y fresca, dirigida a la generación Z, que te invita a desconectar con una tacita de café al lado y que, a pesar de su simplicidad, consigue entretenerte en una historia que se cuenta casi sola y con la mi yo de quince años podría empatizaría al instante.

Rocío Torronteras (@rocio_tor16)