La verdad, con toda honestidad, y lo voy a confesar aquí porque es anónimo sino nunca lo diría…
Mi pareja tiene una hija (que ni siquiera es de una relación sino que de no haber utilizado protección cuando debía, así que la «ex» no es un elemento del dilema), y a veces me siento mal con ello. He intentado analizarlo. Yo no convivo con ella ni ella interviene en mi vida, de hecho, su padre y ella viven en países distintos así que se ven solo en vacaciones.
Creo que el tema en mi caso va por dos lados, por uno entiendo que su hija es su prioridad, por encima de todo y de todas, pero eso me hace pensar que yo no soy esa prioridad por encima de todo. Siempre estará su hija. Es bonito y me gusta ver a mi pareja en su rol de padre pero a su vez, eso, siento que yo, que no tengo ese amor incondicional, esa persona que es parte de mi, pues doy aún más prioridad a la relación.
Por otro lado, me hubiese encantado (y sé que en el fondo es una tontería) vivir el camino de descubrir la maternidad/paternidad juntos. Cuando pienso en este tema me entran ganas de llorar, no es algo nada racional ni menos aún grave, solo una sensación de que es una experiencia importante que no viviremos y que de alguna forma el «malgasto» con el embarazo no deseado de su ex.
No sé, trato de reconstruir todo este pensamiento porque al final por encima de todo está la relación entre nosotro.