Respuesta a: Vengo a contaros a mis casi 70…

Os voy a contar la historia de mi madre, que para muchas será una «mala madre» pero para mí es una supermamá (y mi padre es un superpapá). Mi madre no quería hijos, y después de mucho insistir mi padre accedió a tener uno (a la pobre mujer le salieron gemelas, qué se le va a hacer). Mi madre no nos dio el pecho, nunca dormimos ni en la misma habitación y a los dos añitos estábamos en una escuela infantil. Mi madre estaba deseando volver a trabajar después de la baja maternal y en ningún momento se sintió culpable por dejarnos con una niñera. Llegamos al cole y cuando yo me despertaba mis padres se habían ido, luego nos quedábamos al comedor y luego nos quedábamos en la acogida de la tarde… y yo nunca tuve un trauma. A mí me encantaba quedarme con mis amigos y seguir jugando hasta bien pasado la hora que acababan las clases. Las dos hemos ido a actividades extraescolares y mis padres odiaban el parque, asique a eso hemos ido más bien poco. Eso si, cuando estábamos con mis padres eran momentos muy especiales y bien vividos. Mi madre nos empezó a leer Harry Potter todas las noches con 3 años, y a los 4 las dos leíamos fluidamente. Hemos ido de viaje alrededor del mundo, y hemos visto y probado cosas increíbles. Nos enseñaron a cocinas, a hacer reparaciones en casa, a limpiar, a lavar la ropa… Y con 16 años habían ahorrado el dinero suficiente para que tanto mi hermana como yo nos fuéramos de intercambio a EEUU durante un año.
Con esto quiero decir que no todo el mundo es igual, y que deberíamos dejar de juzgarnos y empezar a apoyarnos. Si una mujer quiere ser mamá y con eso es feliz vamos a dejar de juzgarla por ser una mantenida. Si una mujer trabaja vamos a dejar de juzgarla por ignorar a sus hijos. Si una mujer no quiere hijos pues también es su elección, y no hay más que hablar. Todos estamos intentando hacerlo lo mejor posible, asique guardar los cuchillos y así nos podemos aplaudir los unos a los otros.