Muchas veces cuando conozco a un chico y empieza a seguirme por las redes sociales, su primer comentario suele ser “Anda, si eres la loca de los gatos”.

También amigos y gente cercana, usan este término, de broma, para desacreditarme o desprestigiarme en una conversación o discusión de política, por ejemplo: “calla, si tú eres una loca de los gatos”. También me presentan como su amiga, “la loca de los gatos de la que te hablé”. Otras veces son muchas mujeres que al poco de conocerme, descubren mi historial gatuno, y con una sonrisa en la cara me dicen “¡yo también soy una loca de los gatos!”.

Pero… ¿alguna vez nos hemos parado a pensar qué significa “ser la loca de los gatos”? ¿Somos realmente conscientes de las connotaciones negativas que conlleva? 

Para ello, tendríamos que remontarnos a la Edad Media, donde por primera vez, la humanidad empezó a considerar al gato como un ser despreciable. Fue debido a que las mujeres libres y empoderadas de la época que vivían fuera del sistema cristiano patriarcal, comúnmente conocidas como BRUJAS, eligieron al gato como animal de compañía. Vivían a las afuera, en los campos y bosques, aisladas de la sociedad para evitar ser sometidas y perseguidas.

Los gatos, además de ser animales preciosos y mágicos, son cazadores, y las ayudaban a tener las casas limpias de roedores, insectos y otros animales.

Nuestra “querida” Iglesia, consideró por ello que eran animales del demonio, y en la quema de brujas, no sólo ellos fueron a las hogueras con sus humanas, si no que quemaron a cualquier gato que rondaba la ciudad provocando que la población de ratas creciera. A día de hoy, se cree que esa podría ser una de las razones que propició la peste negra.

Desde entonces, la figura del gato está totalmente unida a la imagen de mujer solitaria y marginada de la sociedad.

Sé que estamos en 2020, pero aún hay muchísimos prejuicios sobre las mujeres solteras, y uno de ellos es que conviven con gatos. ¿Y que se piensa colectivamente sobre las mujeres treintañeras solteras? QUE ESTÁN ROTAS. Que tienen problemas para relacionarse, problemas de inestabilidad emocional y que son incapaces de “retener” a un hombre a su lado, porque están desquiciadas y LOCAS.

Y me diréis: ¡No, yo no pienso eso! Y yo te diré: ¡No conscientemente! Pero es una imagen instaurada en nuestro subconsciente. Y utilizar el concepto “loca de los gatos” para dirigirte a una mujer que le gustan los gatos, es un claro signo de ello.

¿Cuántas películas sobre “solteras desquiciadas” en busca de un hombre que las complete habremos visto a lo largo de nuestra infancia?

¿Cuántas referencias de mujeres solteras, feas y viejas, amantes de los gatos, hemos visto en el cine, televisión, libros…?

También me dicen: ¡yo lo digo por la loca de los gatos de Los Simpson!. Pues de este prejuicio colectivo que os cuento, es de donde sale este personaje. Y si usas este concepto haciendo referencia a Los Simpson, debes saber de dónde proviene:

Eleanor Abernathy (conocida como La loca de los gatos) es un personaje secundario de la serie animada Los Simpson. Es una mujer con aspecto y comportamiento de una enferma mental, actualmente vive en Estados Unidos de América.

Eleanor siempre está rodeada de muchísimos gatos, y cada vez que sale, grita y lanza los gatos a quien se presenta ante ella.

Se ha presentado una vez a la elección de alcaldesa; a diferencia de otros candidatos, ella habla de asistencia médica, economía y educación pública gritando y lanzando sus gatos a todo el mundo.

A los 32 años, se ha convertido en una mujer cansada, solitaria y comienza a mostrar signos de alcoholismo, no se menciona qué pasó con su bebé y es atacada por su gato favorito, y por otros 40 más. Desde ese momento presenta el aspecto y comportamiento de la loca de los gatos.” 

Entonces… ¿qué connotaciones negativas tiene el concepto “loca de los gatos”?

Es un concepto machista que prejuzga a una mujer por convivir y dedicar su cuidado y amor a los gatos. Automáticamente se la asocia a la imagen de una mujer soltera, con problemas mentales, inestabilidad emocional, dependencia… ¿Por qué no existe el loco de los gatos? ¿O el loco de los perros?

¿Cómo es la imagen en nuestro subconsciente sobre el hombre que ama a los gatos? ¿No os lo imagináis (yo incluida) jodidamente guapo, mono e irresistible? HAY QUE JODERSE. 

Estoy agotada de escuchar cada día que soy la loca de los gatos. Yo no soy una loca de nada.

Soy una amante de los gatos, de los animales y de los hombres. Y me encanta estar sola y en pareja. Y tengo mis inestabilidades emocionales como todo el mundo. Y me aíslo cuando me sale del coño porque me apetece como lo hace todo el mundo. Y estoy harta de que se me juzgue de “rarita” o “loquita” o “solterona” por dedicar mi vida a ayudar a los gatos y no a curar los traumas de abandono de algún hombre.

Si después de leer esto quieres seguir usando este concepto, para definirte a ti misma, porque te gusta y te hace sentir orgullosa, o porque simplemente para ti tiene otro significado. Me parece genial y respetable. Pero me parecía importante transmitiros lo que sé y opino del tema, y que todos podamos saber lo que hay a veces detrás de un aparente “lenguaje inofensivo”.

Yo por respeto a mí y a las mujeres del pasado, no lo quiero usar.

Para mí, es una forma más de estigmatizar la figura de mujer independiente que no está al servicio del hombre. Y pido que si me conoces en persona, no me vuelvas a llamar así. Y si eres hombre, y quieres llamar así a alguna de tus amigas porque te parece divertido, adelante, tú mismo.

Y si eres hombre y has entendido todo y no te cuesta nada dejar de usar esta expresión, porque sabes las connotaciones que conlleva… ¡Bienvenido!

@bendita.maldita