Se acerca San Valentín, una festividad sin ser fiesta que, al menos yo, llevo celebrando desde tiempos de la EGB, aunque yo ya sea de la LOGSE.

En mi cole había más nervios por San Valentín que por el festival de fin de curso, esto era así.

Año tras año nos ocurrían, o nos buscábamos, según como se mire, situaciones que con los años se han convertido en recuerdos de esos que te hacen llorar de la risa.

Celebrar San Valentín era obligatorio aunque no figurara en el horario escolar y los profes fliparan. Lo celebrábamos incluso antes de descubrir que puestos a celebrar, se celebra todo.

Y como no creo que en mi viejo cole de barrio fuéramos los únicos niños que nos entregáramos al amor el 14 de Febrero, vengo a contaros esas anécdotas de San Valentín en los años 90, porque estoy segura, segura, de que alguna de vosotras también las habrá vivido. ¿Las recordamos?

Sorteo de Parejas

Se acercaba el día 14 y en clase no había ninguna pareja de novios pero todos queríamos algún regalo. El materialismo y tal. Así que no fueron pocos los años en los que los días previos sorteábamos las parejas y nos poníamos a pensar un regalo para la persona que nos había tocado. Las bases del sorteo implicaban hacer un regalo y ser novios ese día. Los besos y otras muestras de cariño eran opcionales.

 

¿Volvemos a ser novios el día 15?

No sé en qué año nos dio pereza seguir con los regalos pero ocurrió. Y entonces, los que tenían/teníamos pareja para sentarnos juntos en el bordillo del patio en el recreo, pactábamos un cese temporal de la relación el día 13 que se retomaría el día 15. Y todos contentos.

 

Nestle nos debe parte de su riqueza

Gastarse la paga en un regalo para otro u otra no nos molaba tanto, así que suplicábamos a nuestras madres que nos financiarán el regalo. Muchas veces, demasiadas, volvían de la compra con la Caja Roja de Nestle. La más pequeña, por supuesto. Recuerdo pedirle a la profe un rotulador permanente para ponerles nombres a las cajas y que nadie se comiera los bombones que no les correspondían.

 

Regalos Vintage

 ¿Quién quiere gastarse los cuartos pudiendo regalar algo que tenga por casa? Creo recordar que yo nunca lo hice, pero tengo grabada a fuego la imagen de aquella abuela que vino a pedirme la cadena de oro con la cruz de Caravaca que su nieto me había dado unos días antes. Tierra trágame.

 

Fotos para todos

 Regalar una foto a principios de los 90 tenía mucho más valor que ahora. De aquella, teníamos muchos momentos capturados y una sola copia de cada foto así que regalar una foto era un acto más que generoso. Si cogías la foto, la pegabas en una cartulina y con un mechero quemabas los bordes para crear un pergamino, eso era amor colega.

Quiero ser tu novio pero para vacaciones

Llevaba años colada por el chico que se sentaba a mi lado y él lo sabía. Le había pedido salir varias veces pero pasaba de mi, éramos best Friends y ya. Pasaron los años y a mi me crecieron las tetas, y entonces aquel 14 de Febrero me llevó al baño, lugar romántico del colegio por excelencia, y me dijo muy bajito que quería ser mi novio pero ya en vacaciones para no distraernos en los exámenes. Mi preadolescente me sorprendió a mi misma diciendo que no, que leches en vinagre. Creo que ahí empezó mi empoderamiento como mujer sin saber de aquella que era eso.

 

 

¿Me contáis vuestras experiencias por el día de los enamorados en tiempos de la EGB?