Estoy convencida de que hay gente que comenzó a consumir estas cosas porque lo hacían sus amigos, y ahora no pueden reconocer que, en realidad, lo odian.

1. El minimal techno

Ya no hablo del techno, que tampoco me gusta, pero lo puedo entender. Hablo de esa mezcla de ruidos machacones que parece seguir un ritmo, pero no. No hay quien lo escuche, mucho menos quien lo baile.

2. La cerveza

A ver, quítame las manos del cuello, que matizo. No puedo criticar siendo alguien que consume con regularidad Desperados, que es cerveza con tequila. Es que tengo un rollo raro con el consumo cotidiano de bebidas amargas, y hay cervezas MUY amargas. Pero bueno, hay gente por ahí que ama el Bitter Kas o el agua con gas.

3. El contouring

No es solo el contouring, es todo: la prebase de cara, la de ojos, el crema-color, las sombras, el lápiz de ojos, el maquillaje, las pestañas postizas, el rímel, el colorete líquido, los polvos bronceadores, el colorete en polvo, el lápiz de labios, el labial, el otro labial, el brillo… ¡Por Dios!

No se lleva maquillarse mucho, se lleva cambiar de cara. Y puedo entender que a alguien le guste hacer todo ese ritual, pero jamás aceptaré que alguien desee echarse la cara abajo una y otra vez para quitarse toda esa porquería.

4. La p*** galleta Lotus

Estaba rica cuando te comías una de cuando en cuando, con el café. Ahora está en TODAS partes, hasta en las hamburguesas gourmet. Os juro que he visto a gente comer hamburguesas tan bañadas en una salsa Lotus que tenían que sujetarla con guantes para no pringarse.

5. La playa en agosto

Sobre todo, en sitios masificados a los que hay que irse de madrugada para clavar la sombrilla, en los que quedas a milímetros de la familia gritona de al lado. Eso no le puede gustar a nadie, pero me solidarizo con la gente que va por compromiso con la familia política, porque es un plan para toda la familia que pueden permitirse y motivos por el estilo.

6. Los pódcasts conversacionales

En su momento, fue un concepto novedoso, estilo Broncano. Trajeron aires nuevos, frescos e irreverentes que sacaban ese otro lado de entrevistados muy interesantes.

Pero se quiso subir todo el mundo al carro del éxito, incluyendo tiktokers e influencers. Gentes con mucho ego que, en cada pregunta, cuentan una anécdota personal que no interesa. Entrevistas que podrían ser interesantes diluyen al entrevistado y resultan aburridísimas.

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7. La chía

Su aspecto me da tripofobia y la textura gelatinosa me parece desagradable. Parece que estás comiendo bichitos de esos que revolotean alrededor de la fruta madura, ¿de verdad te gusta?

8. El seitán

Si el punto es no comer carne, ¿por qué buscar un sustitutivo insípido de la carne?

9. La gente que canta sin ganas y no vocaliza

Bad Bunny y Omar Montes como grandes exponentes de esto. Te pueden gustar los ritmos de sus canciones, pero ¿las letras? ¿ESA manera de cantar como si te acabaras de levantar de cuatro horas de siesta?

Como canta Mucha Pepper:

“Si quiero perrear, perreo un buen reggaetón,

pero me niego a cantar como si me hubiera salido un flemón”.

10. El verano

Cada vez que La Vecina Rubia dice los días que quedan para el verano, me acuerdo del verano y se me pone la mala hostia propia del verano. Me voy a creer yo que te gusta vivir rondando los 40º, al eterno borde la lipotimia, sudada como una cerda, con las masas de gente propias de la temporada alta y, en los peores días, sin poder dormir.

Solo le gusta el verano a la gente que puede pasarlo en el Ártico o que no tiene que salir del mar o de la piscina ni para acostarse.

11. El helado de gazpacho

Quien dice helado de gazpacho, dice otros crímenes gastronómicos como el helado de lentejas. Es que no entiendo cómo eso le puede apetecer a alguien.

12. Las series adolescentes actuales

Chavales ya talluditos para interpretar adolescentes y tramas consistentes en: follar y dramas extremos que nadie vive. Que le guste a los adolescentes, bueno. Pero que adultos que peinan canas digan que este es su placer culpable…

13. La canción “Nochentera”

En particular, el estribillo. Es repetitivo y ñoña hasta lo aburrido. Entiendo que sonara, pero ¿este éxito tan arrollador?

14. El café de bar

Ese café tan extendido en nuestro país que amarga y quema como un demonio no puede gustarle a nadie. Quien lo toma es por necesidad de darse el chute de cafeína de rigor, pero es imposible disfrutarlo. Imposible.

Venga, a mí puedes contármelo. En realidad no te gusta, ¿verdad?

Esse