El mundo está fatal. Eso creo que ya lo sabéis. Pero es que cada vez vamos a peor y si hablamos de relaciones amorosas y ligoteo ya no te quiero contar.

Hoy vengo a exponer una teoría que defiendo desde hace unos cuantos siglos. La formalicé el día que salí del cine de ver ‘Los juegos del hambre‘ al comprobar que nuestras vida sentimentales se estaban convirtiendo en algo demasiado similar a la peli: quedan tan pocos heteros que las tías luchan con arcos y flechas por conseguir a los pocos solteros decentes que hay en el mercado. Solo puede quedar una, hay que ir a por todas.

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Si como yo vives en una ciudad grande (Madrid y Barcelona mayormente) y para más inri te dedicas al mundo del artisteo/comunicación/periodismo/publicidad/similares, es más que probable que en tu entorno el número de heterosexuales se haya reducido drásticamente en los últimos años.

Sales de fiesta y todos los atractivos/interesantes son gays.

Entra un nuevo compañero de curro majísimo y por supuesto, marica.

Entablas conversación con un moreno interesante en el tren y en la estación aparece su novio.

¡ASÍ COMO MIERDAS PRETENDE MI MADRE QUE ME CASE!

Y claro, esto me pasa a mi, pero por lo que parece también les pasa a mis amigas, así que cuando aparece un soltero heterosexual potable en el horizonte, os juro se escuchan rugir los motores.

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Mis amigas cuando perciben un hetero disponible a lo lejos

Cara a cara parece como que nos cortamos más, pero las cosas que he visto en redes últimamente me han dejado muy loca. Tres amigas de un mismo grupo piropeando incensantemente al mismo chaval. Dos besties enfrentadas por un maromo a través de Instagram. Colegas de la misma pandilla quedando a la vez con el mismo tío, cada una un día diferente de la semana. Como si de un programa de Mujeres, Hombres y Viceversa se tratara, a ver con cual decide quedarse al final el tronista.

Igual es que yo soy muy tradicional, pero a mi esto de competir como trogloditas por un hombre como que no me va nada. Y si es contra chicas que conozco todavía menos. ¿Cómo van a funcionar así las relaciones si las estamos forzando a lo loco desde el principio? Por si fuera poco, los coleguis al ser conscientes de la situación suelen aprovecharse de la misma, y ¿quién quiere salir con una si puede trincarse a 30?. Súmale a eso el boom del Tinder y echa cuentas.

Y que conste que yo soy la primera que sufre en sus carnes esta nueva sociedad a la que no tocamos ni a medio hetero por cabeza, pero prefiero quedarme soltera antes que sin amigas.

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