A ver si me ayudáis, que este cuento me tiene loca. Tengo una pareja amiga desde hace como 7 años. Trabajamos juntos en algún momento, aunque ahora cada uno está en su curro. Hasta ahí, todo normal, nos vemos de vez en cuanto como cualquier grupo de amigos.
El asunto es que desde hace casi dos años, él ha empezado a tirarme la onda. Al principio no me lo creí, me pareció raro y me dije: «Mi misma, te lo estás imaginando». Luego, claro, me cayó la realidad y decidí evitarlo a toda costa, pues sin parar me invitaba a vernos. Y eso sin decir mucho, sin una declaración de intenciones, pues es medio tímido. Lo cierto es que me negué hasta más no poder.
Luego llegó el 2020, la pandemia y el encierro. Durante esos casi dos años, yo seguí hablando con él normal en plan de amigos, y si alguna vez nos tomamos algo solos, nunca fue con intención mía de algo más. Hasta que este año salimos una tarde y le pedí que me las cantara claras. Y bueno, me calentó la oreja con el asunto de la curiosidad y nos liamos algunas semanas después, qué tanto.
A partir de ahí, continúa insistiéndome para vernos, pero no sé si seguir o no. El polvo de aquella vez no fue tan espectacular como esperaba y él no tiene un físico del tipo que me atraiga, aunque me calientan mucho sus mensajes (que igual evito que me mande). ¿Ustedes qué piensan?