Reproducimos un testimonio que nos llega vía mail a [email protected]
Holii!!
Y yo creía que era una tía echá p’alante!! Bueno, creo que lo sigo siendo, a mi ritmo. Fui de las primeras en comprarme el Satisfayer, maravilloso, divino engendro multiorgásmico con forma de pingüino vestido de esmoquin para la fiesta (JA!) Yo estaba MUY contenta con él, de verdad que sí, y mi marido pues también, digamos que se ahorraba los preliminares, y ya sólo entraba a matar, lo cual es de muy agradecer cuando tienes que madrugar un martes, así conseguimos el combo perfecto, yo me corro, tú te corres, y a descansar. Incluso cuando una tiene ganas de empotraniento, pero tu pareja tiene ganas de otra cosa, pues chimpúm, le das al ON, y en un plis, lista.
Peeeeero llegó San Valentín, y en una farmacia sorteaban un Satisfayer Pro, y me dije, pues me apunto. COÑO!! Como que me tocó!! Pero eso no era un pingüino con pajarita! No! Eso era un mamut con una cacho trompa que echaba p’atrás!! Claro, eso es el Maserati de los chupadores!! A ver si me entendéis, chupar, chupa, y no solo eso, es que tiene un ACTIVADOR DEL PUNTO G, y el muy cabrón, además, TIENE MARCHAS!! DEL 1 AL 5!!! Buah! Yo ya pensaba que mi punto G ya sería como un punto Z, así, lejano, olvidado, seco por falta de riego, como mis geranios JAJAJAJA!!! QUÉ VA!!
Anoche, va mi maridín y aparece con una botella de cava, y don MAMUT. Encendió un par de velitas para la ocasión,y al lío.
Aún no me había atrevido yo con él y no tenía muchas ganas…pero bueeeno, vamos a probaaa-aaah? Aaaagh? AAAAAAGH!!! OOOOOH, SIIII!!!
DIOSITOMÍOOOOO!!!
Estaba yo buscando la posición perfecta de estimulador/G+ chupador, posición 1 cuaaaAAANDOOOO…AAAAAAGH!! OOOOOOH!!
PEROQUÉÉÉ!!???
Joder!! Aún no sabía cómo funcionaba y ya me había corrido dos veces, y sí, también me había dado una rampa en mi pierna izquierda, con lo cual, mis gritos eran de dolor y de gustirrinín, debía parecer la niña del exorcista, porque sólo podía gritar delicias del tipo JODER!!
OOOOOOHMIERDA!!!
AAAAAAAAY!!!
MECAGOENLAPUTAA!!! A todo esto, mi marido esperando su turno, que digo yo que le daba más miedo que excitación de verme así con los ojos en blanco y retorciéndome con los pelos por la cara y el paquidermo en mi xoxo. Os he dicho que tengo un gato? Pues sí, mientras yo daba esos alaridos de loca, él estaba arañando la puerta como si no hubiera un mañana, loco por acostarse en «su» cama, como no le hacíamos mucho caso, ( lo que menos me importaba a mí en ese momento era el gato) pues se puso a maullar. Mira que maúlla poco el gato, pero lo de anoche no tiene nombre, unos gritos…unos lamentos gatunos….ponía los pelos de punta!! Las sombras que proyectaban las velas no ayudaban mucho, que digamos, Mi maridinchi empezó a mirar por encima del hombro, !
Así que sí, entre la rampa, el punto G, y el gato enloquecido, dimos la experiencia por terminada, a mi marido se le quitaron las ganas en medio de esa escena terrorífica de hacer nada más que dormir tapado hasta los ojos, con cara de susto. En fin, si repito, que repetiré, ya os iré contando! Chao, Welovers!
Margarite-et’voilà