Soy feminista y me gusta bailar twerk. Me flipa mover el bullate con mis amigas (y esto deseando hacerlo por los bares, pero ese es otro tema). El perreo hasta el suelo y la autoestima hasta el cielo SIEMPRE.
Pues me he enterado de que hay una señora política gallega (la presidenta de la diputación de Pontevedra ni más ni menos) que ha cancelado unas clases de twerk en una asociación de vecinos porque según su criterio la fotografía del cartel (la propia profesora en posición de baile) es COSIFICANTE. O sea, amigas, nuestros cuerpos nos cosifican hagamos lo que hagamos… es de coña!
Que digo yo que no a todo el mundo le tiene que gustar el twerk, de la misma manera que no a todo el mundo le gusta el ballet… pero me parece increíble el doble rasero. Me explico: las actividades de baile clásico se subvencionan sin problema, sin ningún tipo de reflexión en torno a la posición femenina en esa actividad, pero el twerk es tachado de cosas sin tener ni idea de lo que se habla. Huele fatal el tema… si todas las actividades relacionadas con el baile fueran analizadas bajo la misma lupa pues ya estaría, pero la cuestión es que si cada política se dedica a cancelar movidas en base a sus creencias intoxicadas mal vamos. Lo que más me jode es que esto es que lo hagan en nombre del feminismo…