hola os escribo esto, mientras no puedo evitar las lágrimas y a modo de desahogo, puesto que ya no sé que hacer con mi vida y cada día estoy más cerca del suicidio.
Estoy cansada de vivir, no puedo más; pero soy incapaz de empezar a despedirme de la gente a la que aprecio y de pensar en como hacerlo para no sufrir más. Pero no puedo vivir más así.
Como ya puse en un post interior, llevo 15 de mis 29 años, (media vida), aguantando a un padre, maltratador, llamándome inútil, vaga (sabiendo que no encuentro trabajo y como está la situación). Se regodea en que no encuentro trabajo y aprovecha para decirme todo eso, para faltarme y para amenazarme con ponerme de patitas en la calle precisamente por responderle ante sus insultos. Una hermana y una madre a cual peor. La primera; como de pequeña estuve enferma de epilepsia, aprovechó la situación para fugarse de casa y decir que nadie le daba cariño porque estaban todos pendientes de mi. Lo que le dio derecho al volver a casa a hacer lo que quisiera, y cuando digo lo que quisiera es a joderme la vida y a hablarle mal de mi a todo el mundo. A todo tio que conoce, a amigas que teníamos en común (que gracias a ella me han dado de lado) y por internet.
El caso es que toda esta situación se la expliqué a mis padres, que ahora entiendo porque fueron incapaces de hacer nada.Porque son iguales o peores. Mi madre, aprovecha para ir al médico o a casa de mi tia o para contarle a mi hermano (que vive fuera) las situaciones que pasan, pero no como son realmente, si no a su interés. Lo que provoca que nadie me crea y encima sea la mala, cuando entre los 3 llevan jodiéndome la vida desde que era una cría, lo cual me ha dejado sin autoestima y sin ganas de vivir. Y encima aprovechan situaciones como el no tener trabajo para regodearse más aún y para amenazarme con echarme de casa.
A todo esto, por más que busco, no encuentro trabajo y el irme de casa supondría gastar los pocos ahorros que tengo sino encuentro nada. Y no sé que hacer. No hay día que no me despierte deseando morir por la pena y la impotencia de que sean tan desgraciados de contar lo que pasa según les conviene para que nadie me crea. Estoy muerta en vida y no creo que me quede mucho tiempo más asi. A todo esto, mis amigas están casadas todas, por lo que no contemplo la posibilidad de pedirles asilo.