Buenas tardes, chicxs
Antes que nada, deciros que esto es algo que necesitaba hacer pero que, probablemente, no os importe. Una amiga dice que todos tenemos un año que querremos borrar del calendario y sin duda, este año que nos está dejando, es el mío.
Mi salud mental nunca ha estado especialmente bien pero siempre he conseguido convencerme de que yo podía, que no era para tanto y que podía seguir. Como todo el mundo, he pasado por momentos malos y otros buenos pero este año, me ha sido imposible verlo como algo positivo y me encuentro con que 2021 está acabando, que el balance de este año ni siquiera merece la pena hacerlo por varios asuntos que prefiero, se queden para mí.
Este post, es más un desahogo para mí misma y una despedida a mi perro, el cual ha sido el ser más especial de mi vida, por lo que, si queréis, podéis parar de leer aquí. Si llegas hasta el final, muchas gracias por tomarte tu tiempo para leer el homenaje a mi mejor amigo.
La noche y el día del pasado equinoccio de otoño fue uno de los más difíciles de mi vida. Mi perro, el que me había acompañado durante dieciocho años, se marchó. Me vi forzada a tomar la decisión que nunca quise, ponerlo a dormir. No quería que sufriera, pero quería que su final fuera como su vida: bueno y lleno de amor.
Estuvimos juntos desde mi infancia, me viste pasar por muchas etapas, me consolaste, celebraste conmigo y estuviste ahí cada día de mi vida. Esperándome en la puerta, cogiendo siempre el mejor sitio de la casa para disfrutar del sol y arrastrando tu manta en los días lluviosos. Hemos pasado grandes momentos juntos y tuve que dejarte ir, aunque no quería hacerlo. Hay una parte de mí que te llevaste conmigo. Fuimos al campo, a la playa, viajaste conmigo, vimos atardeceres, pasamos noches tan simples como estar en el sofá juntos sin más plan que disfrutar de la compañía.
Tú infancia y juventud estuvo llena de aventuras, amor, diversión y tus comidas favoritas. Dormías en mi habitación y me levantabas cuando tú lo hacías, solo porque te gustaba hacerlo. Me esperabas en la ventana cuando salía y te alegrabas lo mismo si aparecía después de cinco minutos o cinco horas. Al envejecer, necesitabas más cuidados, porque la fuerza de tus patas no eran las mismas, tu vista decayó y no oías tan bien como antes pero yo te cuidaba con todo el amor que tú me seguías dando. Te salieron canas y dormías más horas pero tu compañía seguía siendo la misma. Espero haberte dado lo mejor, al menos, eso intenté.
Hay días que puedo disfrutar de esos recuerdos, de los felices, de tus travesuras, de cuando me despertabas cada mañana y me esperabas con impaciencia pero otros, en los que no puedo ver más allá de que ya no estás conmigo y tu marcha lo empaña todo. Sé que disfrutaste de una gran vida pero no puedo soportar la idea de no verte más.
Este año, especialmente duro, verte en casa era mi mayor alegría. Tú siempre estabas ahí, sin importar qué, sin esperar nada a cambio. Te encantaba chantajearme para conseguir comida, tumbarte conmigo en el sofá e incluso cuando ya estabas muy mayor, habías perdido vista y no estabas tan ágil como en tu juventud, me esperabas, me recibías con la misma alegría. Sin embargo, me dijiste adiós sin previo aviso, sé que era tu momento de partir pero no por eso se hace más fácil. Estuvimos juntos 18 años pero nunca hubieran sido suficientes y nunca podré agradecerte todo lo que me diste.
Te podría homenajear de muchas maneras pero yo he elegido dos: escribir sobre ti y colaborar con una protectora. Tal vez, algún día, pueda cuidar de otro peludito que, aunque nunca te sustituirá porque todos son especiales de manera distinta, me recordará a ti.
Fuiste mucho más que una mascota, fuiste mi gran amigo y nada podrá cambiar eso. Te has llevado una parte de mí y me has dejado muy sola, triste y buscándote en todos los atardeceres porque, el día que te fuiste, brilló un precioso arrebol rosa y, la verdad, pensé que eras tú diciéndome que estabas bien y que ya no sufrías.
Solo espero que, si hay otra vida, si hay algo más allá de esto, poder encontrarme contigo de nuevo.