Hola nenis!! Llevo un montón de tiempo queriendo escribir, y por fin he encontrado el momento :), porque claro, lo de pensar que contar lo tenía claro, pero como…ya no tanto, y luego la sección en donde ponerlo también tiene su drama. Porque claro, follodrama desde luego, pero Mr.Tinderfull tiene su chicha tambien.
Porque claro, todos hemos curioseado alguna vez por Tinder, y los que no, son la resistencia.
Pues bien, hace un par de años, una servidora decidió probar, a la aventura oye, de perdidos al río. Pero sin ampliar mucho el radio de acción, mirar primero lo que se cocía por la zona. Pero bah, poca cosa, un par de conversaciones y ya, sin más.
El veranito estaba cerca y ya había bastantes fiestas de pueblos, asique con un par de amigas, cogimos coche y tras 130 km de camino, asi a lo loco, nos plantamos en una. Todo muy bien, jijijaja, pero en un momento de estos de mirada perdida, cubata en mano, si… Tinder. Y claro, el territorio ya no era el mismo…carnesita nueva, no, no, no, no, anda!! mira que chico más mono, like, match y aquí comienza el gusanillo.
Al momento ya comenzamos a hablar, toda la noche, la vuelta a casa, al día siguiente, al otro, y así amiguis, un mes, con sus días y sus noches.
En este tiempo, las clases y los examenes se terminaron, mi corasonsito palpitaba un poquito distinto, y yo me cambie de ciudad durante un mes por las prácticas, casualidad que las hice relativamente cerca de donde estaba el chico este.
Y como no, pues quedamos, nos habíamos enviado fotos del día a día, entonces pues confiaba en saber que era el. Y si que era, vaya si era, tanto que cuando nos saludamos, mis bragas ya estaban en los tobillos.
Tomamos algo de tranquis, una cervecita, otra, una mano en la rodilla, otra en el cuello…y decidimos cambiar de local, pero claro, el sitio era bonito, y un brazo me rodeó desde atrás, un beso me rozó el cuello y se armó la gorda. Sabéis esos besos que te dejan jadeando, pues si, con esos me topé, el otro local ya quedó en el olvido y mi piso no estaba muy lejos. Que noche, que amanecer y que mañana, un empotrador en toda regla. Pero ya no solo el empotramiento duro contra el muro,de los mejores polvos de mi vida, si no el dormir abrazados,las risas, jugar a la wii a las 5 de la mañana desnudos… Pero todo lo bueno se acaba y en el momento de marcharse me suelta que el no quería nada porque estaba conociendo a otra chica. A mis mariposas revoloteantes fue como si les hubiese echado insecticida.
Me salto mi consiguiente drama solitario posterior, porque me da verguenza hasta a mi.
A ese día le siguieron alguno más, y de esto ya hace un par de años.
El ahora está con la chica esa, hablamos asiduamente y para mi desgracia es mi crush oficial, todavía. Mis mariposas ya son coleópteros zombies que me siguen desgarrando el corasoncito; y no me veo capaz de superarlos, o más bien, no se como.
Sabéis a que me refiero?