La que estoy liando pollito… Me estoy pillando, me estoy pillando de verdad.
Me estoy pillando de verdad por un señor que vive en la otra puta punta de España y que me va a complicar la existencia en absolutamente todos los sentidos.
Llevamos todo el mes de julio a saco, hicimos match antes de que viniera al pueblo, se cambió la ubicación para conocer a gente antes de llegar y así ya tener planes porque se venía dos meses con sus padres y no se quería morir del asco aquí.
Estuvimos la última quincena de junio hablando sin parar y el primer día que llegó ya quedamos a beber cerveza.
¿Sabéis esa conexión? Esa corriente que te entra cuando ves a alguien y sabes que sí. Simplemente funciona, la conversación no termina, las risas están presentes en todo momento, te toca y te da como un escalofrío pequeño… pues así llevo treinta días. Yo llevaba sin sentir esto desde el verano de los 16 donde conocí a mi primer amor que me dejó DESTROZADA. He tenido parejas y eso, pero no tan intensas como esto que estoy viviendo.
Es que todo funciona, todo tiene sentido. Vamos a la playa, nos morreamos en la arena, subimos a mi pisito, fallamos en la ducha, cenamos en un restaurante, damos un paseo, volvemos a casa y follamos otra vez… Que he conocido a sus padres tío. ¿¡Qué cojones?!
Es como que queremos estar todo el día pegados, es horrible de verdad, es que somos la típica pareja que ves de fuera y da angustia, pero desde dentro está siendo TAN increíble…
¿El problema? Pues que ha venido aquí porque en septiembre se va a vivir a Australia, así que se ha pirado de su empresa actual y se ha cogido donde meses de vacaciones para disfrutar de los suyos antes de pirarse.
¿Sabéis cómo acaba esto, no?
Quiero llorar muchísimo y eso que aún me quedan treinta días con él.