A ver, eso de que las app de citas son «un supermercado/picador de carne» o «depende para qué las quieras» hay que cogerlo con alfileres.
Si eres LGTBI y vives en un pueblo pequeño, las apps de citas son lo mejor del mundo, y si resultan ser «un supermercado/picador de carne» es porque, COMO EN LA VIDA REAL, se llenan de maromos que te dirán lo que ellos creen que quieres oír con tal de mojar el churro.
Que una pensaría que si la idea es solo conocer tíos para ir al lío, ni tan mal, no? Pues no, guapis. Ahí tb hay que filtrar lo más grande y no irse con el primer guaperillas que no parezca un psicópata aunque sea a un hotel, porque para un polvo mediocre de metesaca donde la única que se amorra al pilón soy yo, mejor me quedo en mi casa viendo Netflix.
Así que si tienes la autoestima en su sitio (eso es importante para que la app no sea una picadora de carne) y lo anterior claro, la experiencia en apps de citas no tiene por qué ser negativa.