Llevo unos meses saliendo con un chico y todo va bien, despacito y sin prisas.
Hace cosa de un mes le propuse irnos un finde a la playa a algún sitio cerca de donde vivimos para despejarnos un poco y hacer algo distinto y me dijo que sí, que le apetecia.
Busqué sitio y hotel y todo le pareció bien, así que lo dejé reservado y pagado.
Pero hoy, a 3 días de irnos, me ha dicho que no sabe cómo decírmelo pero que no le apetece. Que le apetece estar conmigo pero que el plan no le gusta mucho, que no tiene ganas de ir.
Yo le he dicho que podría haber dicho algo antes, que en su momento le pedí opinión y me dijo a todo que si, y me ha dicho que no se le ocurrió, pero que otro finde podemos organizar alguna otra cosa.
Evidentemente no voy a obligarle a venir a un sitio que no le apetece, aparte de que no tengo ningún problema en ir sola de viaje (lo hago muchas veces), pero esto me hace plantearme muchas cosas. ¿Lo interpretáis como una bandera roja?