Desayuno francés

Inicio Foros Querido Diario Relatos Desayuno francés


  • Autor
    Entradas
  • Neph
    Invitado
    Neph on #570605

    Te miro. Tu semblante serio, tus labios fruncidos en una mueca concentrada, los ojos fijos en la pantalla y tus dedos golpeando el teclado. Casi puedo sentirlos acariciando mis labios, sí, esos labios, pellizcando mi clítoris impregnado de mis propias aguas. Me bebo el deseo ahogado en mi taza de té y aprieto los muslos, juego con mi carnosidad y mi centro parece expandirse, caliente y viscoso, un molusco perezoso que quiere refregarse, tragar a golpes, dentro, fuera, dentro, fuera… Mmmm, mis dedos ya están bajo la mesa y juegan con el borde de mis bragas, ¿por qué las llevo puestas? Sería mucho mejor disponer de mi carne desnuda y restregarme con la silla, así, separando un poco los muslos y adelantando la cadera. Tú pensarías que me estoy acomodando en mi asiento, pero no, lo que pasa es que esto que estoy haciendo lo quiero hacer con tu polla (no pienso cuidar mi lenguaje a estas alturas, cuando noto mis jugos deslizándose ya entre mis nalgas)

    La mesa sigue puesta desde el desayuno y un bol de frutas me llama la atención y se me enciende el vientre con una idea. Tú andas inmerso en tu rutina laboral, así que no me prestas atención cuando acerco a tu boca un trozo de kiwi, te limitas a separar los labios como un autómata y te lo comes sin apartar la vista de la pantalla. Ahora un trocito de banana viaja bajo la mesa, me aparto las bragas a un lado y lo mojo en mí. Al principio tu reacción es igual de robótica, aunque unos segundos después noto un cambio en tu expresión. Tus ojos se desvían del pc y van del bol de frutas a mi mano. Mirada perdida, mandíbula floja: has entrado en el juego.

    Pesco con mis dedos un trozo de sandía, hinco los talones en el borde de la silla, me aparto las bragas y el inocente trozo de sandía se pierde entre mis labios hinchados; su pulpa frágil se deshace contra la mía propia, más firme y poderosa; el mísero pedacito de sandía casi ha dejado de existir y lo que te ofrezco es una infeliz y maltrecha hilacha de fruta, goteando mi néctar. Te lo comes con fruición, chupándome los dedos. Ahora tu mano derecha se pierde bajo la mesa así que la sigo, curiosa, el rastro de las frutas moribundas bajando por mis muslos. Y te veo. Empuñas tu polla y la sacudes con furia. Gateo hacia ti, el aliento ahogado; tu carne me llama, tumefacta, surcada de venas, palpitante, a punto de estallar, tu olor es un golpe sordo en el centro de mi cuerpo. Jadeo. Mis dedos se adaptan a tu ritmo, mi sexo es fuego líquido. Te tengo en mi boca, te devoro ansiosa y me deshago en un orgasmo azul y lavanda. Tu mano me guía, me ahogo en ti, tu esencia se derrama, caliente, salada, dulce, ácida. Apoyo la cabeza en tu muslo y sonrío: paz.

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 1 entrada (de un total de 1)
Respuesta a: Desayuno francés
Tu información: