He suspendido el examen del carnet de conducir en cuatro ocasiones y estoy muy desmoralizada. Llevo desde noviembre dando clases prácticas y ya he perdido la cuenta del número de horas invertidas y del dineral que me he gastado (no lo quiero ni pensar, es una pasta). Me lo estoy pagando yo todo y bueno, aunque tengo un dinero ahorrado, me siento fatal. Encima ahora me toca renovar…
Sé que hay gente que se lo ha sacado a la 6ª, 7ª, pero a mí lo de «mal de muchos, consuelo de tontos» no me ayuda demasiado. El caso es que voy a los exámenes lo más tranquila y segura que puedo, relajada y confiada de que sé hacerlo, tomo tila y valeriana, hago yoga, me relajo, pero nada. En las clases me defiendo bastante bien y el profesor me lo dice siempre. En los exámenes demuestro que sé hacerlo y que tengo seguridad (aunque algo de nervios es inevitable), pero siempre pasa algo que me saca de juego: un semáforo que cambia de amarillo a rojo en cuestión de dos segundos antes de entrar a una rotonda, unos peatones que se cuelan en el último momento y me hacen frenar bruscamente…
Sé que el carnet no se lo van a dar a cualquiera que suponga un peligro para la circulación, pero es que no creo que sea mi caso, de verdad. Podrá sonar a excusa, pero creo que estoy teniendo muy mala suerte (el profesor de la auto me llama «la pupas» porque siempre ocurre algo totalmente inesperado que hace que falle). No quiero dejar de intentarlo, pero estoy muy desmoralizada y se me quitan las ganas de todo. Después del parón de la cuarentena, yo ya me veía conduciendo en verano y por aquí vamos todavía. Sé que me repondré y volveré a intentarlo, pero el bajón de estos días era inevitable y necesitaba soltarlo. Gracias por leerme…