Reproducimos un testimonio que nos llega via mail:
El juguete preferido de mi hijo desde hace tiempo es la cocinita. Puede pasar horas con ella. Juega con ella en el cole, en atención temprana y ahora también puede hacerlo en casa, lo que le ha hecho muy feliz. Como sé por comentarios que aún hay gente que le cuesta a pesar de estar en el S. XXI, aprovecho para recordar que: LOS JUGUETES NO TIENEN GÉNERO, SON LOS ADULTOS LOS QUE TIENEN PREJUICIOS. Puede que la cocina sea uno de sus intereses especiales y que acabe siendo un gran chef. No seré yo quien limite su creatividad ni le reprima. De hecho ahí está con sus zapatillas preferidas rosas, porque esa es otra, LOS COLORES TAMPOCO TIENEN GÉNERO, NI LA ROPA. Y me parece ignorante presuponer una orientación sexual o unas características en la personalidad por elegir un color. De verdad que he oído burradas como «Le vas a amariconar» me cabrea muchísimo y como persona dentro del colectivo LGTBIQ no comparto para nada esa mentalidad. Puede que sea homosexual (o bi o trans) o no, eso no va a depender de los juguetes que elija o de los colores o ropa con que se vista NI TAMPOCO PORQUE LLEVE EL PELO MÁS LARGO. Pero si lo fuera, no seré yo la que limite que pueda expresar libremente lo que sea y lo que siente y que esté orgulloso de ello.
Pero es que con el tema del color hasta yo que soy adulta me he enfrentado hace poco a esos prejuicios. Que mi color preferido sea el rosa no significa automáticamente que mi personalidad ya tenga que ser cursi, pija o frívola. De verdad que me sorprende mucho que a día de hoy aún sigamos con esa mentalidad. Y si echarais un vistazo a la historia veríais que el rosa de hecho fue un color masculino, al ser como un rojo claro se le relacionaba con la sangre y se le daban otras connotaciones de personalidad como «decidido y fuerte». No fue hasta que los nazis usaron el rosa para distinguir a los homosexuales en los campos de concentración, que se cambió al paradigma actual. Así que lo siento pero cada vez que piensas que el rosa es un color moñas, estás perpetuando estereotipos de género y de orientación sexual que impusieron los nazis.