Cuando la vi supe que me iba a cambiar mi vida, era una bolita de pelos, con tres colores negro, blanco y rojo-anaranjado, son los colores característicos de la raza Boyero de Berna, conmigo ha estado nueve maravillosos años, pero nunca NUNCA pensé que lo pasaría tan mal tras su muerte, el año pasado por esta época le diagnosticaron cáncer, muy habitual en esta raza, y luchamos creerme si os digo que luchamos. Pero se fue la noche de San Juan, fue especial hasta para irse, se fue en mis brazos, mientras intentábamos localizar a su veterinaria, porque ese día ya no podía levantarse, ella ya quería irse, entonces le dije entre lagrimas «mi niña vete ya, aquí ya los has hecho todo, nos has hecho inmensamente felices, te queremos muchísimo, vete con el iaio, el te espera allá arriba, descansa ya en paz» y tras esas palabras se fue… no se… fue horrible y muy especial.
Ella era mi vaquita burra, porque la pobre siempre ha estado a dieta pero no bajaba de peso, 50 kilos de puro amor, ella me buscaba siempre, se sentaba a mi lado y se tiraba encima mía, tenia una unión súper especial.
Era mi madre, mi hermana, mi hija y
mi mejor amiga. Una persona me dijo que esa unión sólo se da una vez en la vida, y yo la disfrute en mi peque.
El dilema viene porque evito hablar con mi familia o amigos de que aún la echo de menos, que me duele el alma, una vez ya me dijeron que parece que esté sufriendo más la muerte de ella que la de mi padre, no contesté pero creo que es así, porque es un dolor tan distinto y fuerte que no se como afrontarlo. Yo a mi padre le quería muchísimo, pero cuando murió tenia a mi familia, lo recordamos pero juntos pero con mi peque solo lo puedo hablar con mi pareja, él me entiende.
Pensareis que loca, y mala persona por querer más a un perro que a mi padre, pero no es cuestión de querer, es de dolor… no se… no lo puedo evitar, de verdad.
Alguna persona me dice que tengo otro peque de esa raza, no es cuestión de razas o de tener más peques de cuatro patas, porque tenemos dos a parte de la que se nos fue, y mira que las quiero… pero no es lo mismo, ella era más humana, no se como explicarlo.
Ojo… sé que alguna me diréis que no compre que adopte, mis otras dos peques son adoptadas, a parte de un getete, además de colaborar con diferentes protectoras.
No se si ha alguna/o ha vivido así la muerte de su peque de cuatro patas, y me puede aconsejar, creo que necesito más tiempo y no sentirme culpable por mis sentimientos, qué pensáis??
Mil gracias, y por favor no ser duras, es un tema difícil para mi.