Me desahogo por aquí ya que es un tema que no he hablado con absolutamente nadie, me produce hasta vergüenza.
Todo comienza con el tutor de mi hija en una reunión.
Cuando le ví en persona hasta me ruboricé, no me esperaba que físicamente fuera así, no parece el típico profesor, para que os hagais una idea se parece un poco al protagonista de la serie vikingos.
Cuando llevaba o recogía a mí hija nos encontrábamos de vez en cuando por el patio del colegio, nos parábamos a hablar un rato, pero ésto fue en aumento.
A mí no se me iba de la cabeza, además estoy casada, y me siento fatal por pensar en ello.
Empecé a arreglarme un poco más cuando iba al cole por si acaso nos cruzabamos.
Lo gordo viene cuando empiezo a darme cuenta que el interés es mutuo.
Un día me invitó a tomar un café, fue bastante agradable.
Otro día puse la excusa que le invitaba al café ya que la última vez había invitado él.
Gran error, porque en éste café se me insinuó.
Llegué a casa cachonda como una mona. Os mentiría si os digo que no me hubiese ido con él en ese momento.
Desde entonces llevo unos días mandando a mí marido a recoger a la niña porque me da miedo que esto pueda subir más de nivel, me da miedo no poder controlarme la próxima vez.
Mi marido es buena persona, físicamente ha decaído mucho esa es la verdad, ha engordado bastante, se ha ido dejando un poco con el paso de los años, y claro, me encuentro con un hombre así de despampanante que se está interesando por mí y estoy muy confusa.
Me encantaría descubrir que más puede pasar, pero me frena todo.
Sé lo que me vais a decir, pero necesito que os pongáis en mi lugar.