Ahí, ahí, hay uno. Le digo a Claudia mientras la miro y no me creo la suerte que tiene de siempre encontrar aparcamiento a la primera vez, si fuera yo aun estaría dando una quinta vuelta y sin encontrar ninguno.
Empezamos a bajar rumbo a la fiesta, mientras pienso que quizás debería haberme ido de playa y no cambiar el plan que tenía pero Claudia es así y siempre tiene la capacidad de convencerme y bueno le apetecía venir y aquí estamos.
Cuando nos vamos acercando a la gente me encuentro con unas compañeras de trabajo, vaya gente conocida ya voy entrando un poco más en ganas de estar aquí.
Comienza la fiesta, bailamos, bebemos, nos reímos pero por un momento necesitamos aire y optamos por salir de allí e irnos a un sitio más tranquilo.
Cuando nos sentamos, observo que hay al lado nuestro un grupo de chicos y chicas pero solo puedo dejar mi vista en una de ellas. Era ella, no lo puedo creer, años después, pensando que no la volvería a ver. Ahí estaba, nuevamente ella, nuevamente esa sonrisa, nuevamente esa locura y la miro y no puedo dejar de mirarla y ella, ella hace lo mismo. Nuestras miradas se encuentra con sonrisas traviesas y ganas inmensa de acercarnos y decirnos que todos estos años sin vernos, no hemos dejado de pensar la una en la otra.
Pero su grupo se va, y ella sigue con ellos no sin antes irse parar junto a mi y decirme una frase tan tonta y tan absurda que decía con cada nota las ganas de volver hablar, de irnos de allí las dos juntas. Tan tonta como mi respuesta y ahí se quedó, ella siguió y yo. Yo decidí acabar con la fiesta e irnos a cenar por algún lugar cerca.
Claudia ajena a todo opina como yo y acabamos comiendo arepas en un bar cerca de casa y es en ese momento cuando decido hablarle a través de una Red social y decirle cualquier tontería, ahora que la había vuelto a ver no podía perderla.
Pero la respuesta a su mensaje fue clara.
«mi novia dice…»
Ahí decidí que todo acababa, que nuevamente era tarde, que nuevamente había que dejarla ir.
Pero los días pasaron y otra vez la casualidad llegó a nuestra vida.